Baeza “pide cariño” a la Junta
Estrategia específica acorde con el título de Patrimonio de la Humanidad
Baeza acogió una reunión de trabajo de delegados y coordinadores provinciales de la Junta de Andalucía en Jaén. Se trata de sesiones diseñadas para municipios mayores de 20.000 habitantes, pero que se celebró en el Ayuntamiento baezano a pesar de que la población está en torno a los 16.000 vecinos. La delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Ana Cobo, aclaró esta decisión: “Baeza necesita este tipo de reuniones por su condición de ciudad Patrimonio de la Humanidad”. La alcaldesa, la socialista Lola Marín, aprovechó la oportunidad de tener sentados en la misma mesa a una docena de cargos públicos de la Administración andaluza para solicitar políticas específicas para la ciudad que fue definida por la delegada del Gobierno andaluz como “joya del renacimiento” y referente turístico, junto a Úbeda.
La regidora anfitriona, a la que acompañó su equipo de Gobierno, solicitó “una estrategia específica” para Baeza. La máxima responsable municipal recordó que la protección de su conjunto histórico, en 2003, por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) supone “unas connotaciones muy especiales”. De ahí que reclamara, en sus palabras, “coordinación entre distintas áreas de gestión de la Junta de Andalucía”. El objetivo, como argumentó la alcaldesa, es el trabajo en común del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía para, según un comunicado, “generar oportunidades de desarrollo y crecimiento para la ciudad y sus vecinos”. La delegada del Gobierno andaluz recordó que es necesario que el municipio cumpla, tal y como apuntó, “las expectativas desde el punto de vista turístico, a la par que las exigencias de la Unesco”. Por lo tanto, para Ana Cobo, la tarea es “triple”. “Si le va bien a Baeza, le irá bien a la provincia”, argumentó. Sobre la ciudad, destacó Ana Cobo: “Tiene un equilibrio muy importante atendiendo a su renta per cápita, con una renta agraria también elevada n un término municipal que genera mucha riqueza”. La de ayer es la sexta reunión de delegados de la Junta de Andalucía en Jaén que se organiza en la provincia, después de las que acogieron Linares, Martos, Úbeda, Alcalá la Real y Andújar. En la mesa estuvieron sentados la coordinadora del Instituto Andaluz en Jaén, la concejal de Presidencia y Medio Ambiente en el Ayuntamiento baezano y el diputado provincial de Servicios Municipales, Bartolomé Cruz, al frente de las áreas de Agricultura y Turismo en la ciudad. El objetivo de este tipo de mesas de trabajo que organiza la Junta de Andalucía, según dejan claro, no es otro que conocer, sobre el terreno, las prioridades de los principales municipios jiennenses para, de esta forma, aplicar políticas que favorezcan su desarrollo en todos los ámbitos que competen al Gobierno andaluz.
La alcaldesa, la socialista Lola Marín, y la delegada del Gobierno andaluz, Ana Cobo, presidieron la mesa de trabajo en la que participaron los delegados territoriales y los coordinadores provinciales de la Administración regional en la provincia, además de los miembros del equipo de Gobierno de la ciudad Patrimonio de la Humanidad. El encuentro fue fructífero, según las dos partes.
La delegada del Gobierno andaluz en Jaén, Ana Cobo, al igual que cargos instituciones de la Administración regional, vecinos e instituciones locales, reclamó al Ejecutivo central que agilice las obras de construcción de la autovía entre Linares y Albacete, la A-32, que atraviesa el término municipal baezano. En este sentido, solicitó, al igual que hace el Ayuntamiento desde hace años, que se abra un enlace directo a Baeza, a la altura de la pedanía de La Yedra. La ministra de Fomento en funciones se comprometió a ejecutar esta obra, que cuenta con el visto bueno estatal.
El comienzo del curso en la Escuela de Hostelería y Turismo de La Laguna, en Baeza, después de que se haya comenzado a normalizar la situación económica de este centro de formación de la Junta de Andalucía, especializado en jóvenes desempleados, es uno de los asuntos pendientes para la ciudad Patrimonio de la Humanidad. También la necesidad de solventar los problemas de la comunidad de regantes que existe en este paraje, en la pedanía del Puente del Obispo, que toma agua de un humedal que está protegido por la Unión Europea.