“Este deporte me ha cambiado la vida ya que emocionalmente he ganado en todo, hasta poder ser mejor persona”

PREMIO a la superación deportiva

18 jul 2018 / 08:07 H.

La vida de Andrea Ruiz Heras cambió el día que tomó la decisión de apuntarse a un gimnasio. Tras pasar por una mala racha, tal y como ella misma reconoce, se refugió en el deporte y entonces descubrió una nueva forma de vida, la que había estado buscando sin saberlo. Y hoy es campeona de España en su especialidad.

“Cuando me separé tuve una época bastante mala y me escudé en el gimnasio. Me dio la vida. Empecé a ir, me gustaba y mi entrenador —Rafael Barrios— fue quien me propuso competir. Yo ni sabía lo que era. Tras descubrirlo, me dije que eso era lo que yo quería”, afirma esta deportista de Torreblascopedro. Ruiz asegura que nunca se le había pasado por la cabeza competir hasta entonces. Así, decidida, le tocó empezar a compatibilizar el entrenamiento con su trabajo en una clínica dental. “Tengo la suerte de que mis compañeros me apoyan un montón. No me entienden, porque nadie me entiende, pero me ayudan muchísimo. La temporada de competiciones es durante los sábados y esos días trabajo, así que han tenido que cubrirme”, reconoce.

Pero los esfuerzos empezaron a dar sus frutos: fue subcampeona de Jaén en los años 2015 y 2016 y, en 2015, quedó cuarta en Andalucía. Pero su mayor logro hasta el momento ha llegado hace apenas unas semanas, aunque el camino no ha sido fácil. Antes de alzarse este año con la Copa de España IFBB de Fisicoculturismo y fitness pensó en retirarse tras no clasificarse en el campeonato andaluz de 2016. “Se me partió el conector del bikini justo antes de salir. No tuve la seguridad necesaria y entonces pensé en tirar la toalla porque tampoco llegaba al físico que querían”, afirma.

Pero durante 2017 el “gusanillo” de la competición le hizo que volviera con una meta: ganar este certamen. Tras lograrlo, Ruiz afirma que fue el revulsivo necesario para continuar con su carrera. Aun así, afirma que no siempre es fácil: “Yo he estado en la feria de mi pueblo y la gente me ha visto comiendo con mi fiambrera y les ha chocado. Luego se acostumbran, ven mi evolución y mi trayectoria deportiva. También a veces te ven y te dicen que por comer una patata no pasa nada, pero en realidad sí que pasa. Pero no lo saben y eso lo comprendo”, reflexiona. “Te pierdes ciertas cosas de la vida. La gente sale por ahí los fines de semana, yo no lo puedo hacer. Pero todo se compensa cuando me subo a la tarima. Este deporte me ha cambiado la vida. Emocionalmente he ganado en todo, salud, confianza, hasta ser mejor persona”. Entre sus próximos objetivos está ser seleccionada para el campeonato europeo, se plantea desde hace pocos días ir al mundial e, incluso, abrirá su propio gimnasio, si es posible, en septiembre.