“Arsenal de guerra” en Begíjar

Esteban N. M. guardaba en su vivienda 3.842 cartuchos para distintas armas

27 jul 2016 / 13:00 H.

Esteban N. M., detenido el domingo en Begíjar, aguantó siete horas atrincherado en su casa y puso en jaque a los vecinos de su tranquilo pueblo, con algo más de 3.100 vecinos censados. Obligó al despliegue de medio centenar de agentes de la Guardia Civil, incluido el jefe de la Comandancia, Luis Ortega, y la Unidad Especial de Intervención del Cuerpo, que solo se moviliza en situación gravísimas, “grandes ocasiones”, como esta. Fue necesario incluso paralizar las fiestas patronales. Pero, lo ocurrido, pudo haber sido más grave, porque el detenido tenía un auténtico arsenal, con el que podía haber permanecido días en el búnker en el que trató de convertir su hogar, en la calle Pérez Galdós. Pegó una “decena de tiros”, uno de ellos al coche de la Policía Local, pero podían haber sido 3.842, tantos como cartuchos tenía.

Alertados por el hijo mayor de Esteban N. M., la Benemérita realizó un concienzudo registro en el domicilio. Buscaban “bombas”, que este hombre aseguraba que tenía, por lo que se emplearon perros especializados y tomaron cartas en el asunto los artificieros del Instituto Armado. “Más de una vez dijo que guardaba dinamita para hacer volar el pueblo por los aires, aunque nadie se lo había creído nunca”, apostilla un vecino.

No había explosivos, pero sí una tremenda cantidad de balas de distintos tipos, adquiridas, probablemente, en pequeños lotes, según apuntan fuentes de la investigación; quizás mediante pedidos por internet. Algunos de los proyectiles eran del conocido como “calibre 22 largo americano”. “Es barato, por lo que lo usan los que quieren disparar muchas veces”, aclara un experto. Además, tenía “munición de guerra”, bastante efectiva hasta si se dispara contra un chaleco antibalas; con el surtido de Esteban N. M. se podían cargar armas del calibre 9 milímetros corto y largo, del 38 especial e, incluso, llenar el tambor de un Magnum del 44, el mismo que usaba el revolver del cinematográfico detective Harry “El Sucio”. El ímpetu de Esteban N. M., que padece algún tipo de trastorno mental, se fue enfriando conforme avanzaba el día. El trabajo del equipo de negociadores de la Guardia Civil fue crucial “para que no hubiera que disparar un solo tiro”. “Lograron que se acercara a la puerta sin su escopeta, lo que hizo muy fácil reducirlo sin emplear apenas fuerza”, comentan testigos de lo ocurrido.

Y eso que el estallido del “brote psicótico” que sufrió Esteban N. M. fue brutal. Agredió a su propia esposa y también a su hermano, que acudió, alertado por su cuñada, para persuadirlo de que dejara el arma y no cometiera un disparate. La reacción de la familia fue rápida y muy inteligente, ya que abandonaron la casa enseguida y alertaron a la Policía Local. Estos, a su vez, al toparse con un hombre armado, avisaron a la Guardia Civil y estos últimos fueron los que certificaron que la situación requería un despliegue extraordinario. El hecho de que discutiera y agrediera a su familia en el domicilio hizo que no saliera directamente a la vía pública con el rifle, lo que podría haber tenido consecuencias terribles. A cien metros de su casa, un grupo de vecinos preparaba una paella, para disfrutarla luego por los vecinos en el domingo de feria, que no fue tal luego.

Esteban N. M. está ingresado en el módulo carcelario del Hospital Neurotraumatológico de la capital jiennense. El juzgado decidió que no puede estar en libertad, por la gravedad de los delitos que se le imputan, uno de violencia machista, atentado a la autoridad y tenencia y depósito de armas, cuatro cargos. Instituciones Penitenciarias decidirá, una vez que los médicos determinen su estado mental, si es derivado un centro psiquiátrico vigilado o se le traslada a la cárcel directamente.

Habilidades de un antiguo legionario

En el registro, la Guardia Civil encontró tres carabinas, una escopeta recortada, una mira telescópica y otro tipo de armas modificadas, además de piezas para transformar armas de fogueo en otras más peligrosas. También tenía navajas y machetes. Esteban N. M. fue legionario y cuenta con una gran habilidad para manipular y “mejorar” armamento.

Más balas que vecinos en el pueblo
idcon=12325189;order=14

La cantidad de proyectiles localizados en la vivienda de Esteban N. M. es impresionante. Hay unos cuatro mil, casi más que vecinos tiene Begíjar y el vecino Lupión juntos. Una de las claves de la investigación de la Guardia Civil es conocer exactamente a que se debía este afán por abastecerse de un arsenal, en el que había balas para varios tipos de armas de fuego, algunas de ellas, empleadas por los ejércitos.