Aplauso a Leocadio Marín por “su última gran faena política”

Tributo del Círculo Taurino de Baeza al que fuera alcalde entre 2007 y 2015

14 dic 2016 / 12:25 H.

La idea partió del Círculo Taurino de Baeza, presidido por Manuel Torres, pero el acto que habían pensado para homenajear al que fue alcalde la ciudad Patrimonio de la Humanidad, entre 2007 y 2015, se les fue de las manos, en el buen sentido de la palabra. El tributo, que tuvo como escenario uno de los más bellos edificios del ya de por sí atractivo casco histórico baezano, el Palacio de Jabalquinto, acudieron invitados ilustres, políticos que no desaprovecharon la ocasión para aplaudir y elogiar públicamente a una persona que consideran un “referente” que en el lugar en el que nació. Tal y como reflexionó el consejero de Fomento, Felipe López, protagonizó su “última gran faena política”.

“Me siento muy cohibido, soy de natural tímido y estas cosas me superan. Agradezco mucho al Círculo Taurino la iniciativa. Uno espera los homenajes cuando está activo. Cuando a nadie le puedes arreglar ya los problemas ni eres ya objeto de confrontación alguna, te esperas estar retirado y convivir con los amigos”, reflexionó el exalcalde baezano, que cogió el bastón de mando de esta importante plaza jiennense como colofón a una brillante carrera. Una trayectoria que le llevó a ser el primer presidente democrático de la Diputación, a dirigir el PSOE andaluz, la Cruz Roja Española y la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta. El presidente del colectivo taurino que promovió el tributo dijo de él que tiene “más arte” que José Tomás, en un casi obligado símil con las figuras de la fiesta grande. De los amantes de los toros, Leocadio Marín Rodríguez, elogió su gran capacidad de trabajo que dejó claro que supo aprovechar en su etapa en la Alcaldía, un tiempo en el que, como aseguró, procuró “brindar su cariño y colaboración” a todos las asociaciones y entidades de la ciudad.

Felipe López, consejero de Fomento después de haber sido presidente de la Diputación, situó a Marín como uno de sus modelos en la “res pública”. “Hoy que se lleva tanto condensar el pensamiento en 140 caracteres como máximo hay que usar todavía menos para definir a Leocadio Marín. Es una persona cabal, honesta, trabajadora, luchadora, que ha dejado una huella, una impronta, muy positiva por todos los lugares por lo que ha pasado. Su paso por la política local baezana fue su última gran faena”, aseguró, no sin emplear argot taurino para decir que, como los grandes con la muleta, el baezano siempre supo “parar, templar y mandar”. Pilar Parra, vicepresidenta de la Administración provincial, que acudió en representación de la casa, recordó el momento en el que Marín llegó al palacio de la Plaza de San Francisco, con 35 años, y abrió balcones y ventanas para que entraran en el vetusto edifico los valores democráticos. De él también alabó: “La obstinación en la defensa de los intereses de Baeza”. Su sucesora, Lola Marín, argumentó: “Puedo hablar mucho y bien como concejal suya, he aprendido lo mejor del servicio público y de la atención a las personas, me siento muy afortunada de haber recibido esa experiencia. Un hombre que, en las peores circusntancias, ha mantenido las mejores políticas”.

Para el homenaje, Marín estuvo acompañado de su familia, miembros de la Corporación y amigos que llegaron el salón de actos de la sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía.