Una reapertura muy esperada

Ha pasado mucho tiempo, pero la espera valió la pena. Tras más de dos meses clausurada al público debido al confinamiento, la Basílica Menor de la Virgen de la Cabeza reabrió sus puertas para que los fieles y devotos de “La Morenita” pudieran rezarle y hacerle sus promesas y peticiones para seguir adelante durante esta crisis sanitaria.

A primera hora de la mañana, la puerta principal del Santuario abrió sus puertas. Antes, en el entorno del Santuario había muchas personas que aguardaron su turno en una cola donde se respetaron las medidas de distanciamiento social, además de que unas vallas —cedidas por el Consistorio— marcaban el camino que debían seguir todos aquellos que debían acceder al interior del templo.

Las campanas de la Basílica Menor anunciaban dicho momento esperado, pero una vez se cruzaba el dintel —previo lavado de manos con el dispensador de gel hidroalcohólico instalado por la Cofradía Matriz, que ha habilitado el templo en una labor conjunta con la comunidad de los padres trinitarios—, la seguridad era la auténtica protagonista. Sobre el mármol del templo se apreciaban señales en el suelo que indicaban el distanciamiento de, al menos, un metro y medio de seguridad, así como pegatinas en los bancos que indicaban los lugares que debían ocupar quienes deseaban escuchar misa. El retablo también tenía una disposición especial. La Virgen de la Cabeza fue bajada del camarín en un altar especial, flanqueado por flores y cuatro candelabros de plata. Además, la reina de Sierra Morena lucía un crespón negro por todas las víctimas mortales que ha provocado el covid-19, tal y como se pudo comprobar ya en la eucaristía celebrada el día de su romería el pasado 26 de abril.

Esta primera jornada transcurrió tranquila y con la única incidencia de que por un momento hubo un malentendido que obligó a muchas personas, a la altura del puente, a regresar a Andújar dado que se entendía que el templo estaba completo. Pero pronto este problema pudo subsanarse y seguir con la “normalidad” que permite esta Fase 1. “La cofradía, con el consentimiento de los padres trinitarios, les echamos una mano para instaurar una situación que se adecue a este estado de alarma”, asegura el presidente de la Cofradía Matriz, Manuel Ángel Vázquez. Además, quienes acudan al santuario deben hacerlo con mascarillas y guantes. El camarín y el pasillo mariano sí están cerrados, aunque quienes lo deseen sí pueden entrar tanto a la tienda como al lugar habilitado para encender velas.

Se preveé una asistencia escalonada a la Basílica Menor, cuya mayor fluidez se registrará durante los fines de semana. “La gente está acudiendo de manera escalonada, habrá dos representantes de la cofradía para velar por el control de asistencia y para que se cumplan todas las normas de seguridad; ayer la asistencia fue fluida y permanente, pero controlada”, apunta Vázquez.

El horario de apertura se ha modificado: por las mañanas estará abierto de 10:30 a 14:00 horas y de 18:00 a 21:00 horas.