Un modelo de enseñar diferente

El colegio San Eufrasio aspira mañana a su segundo premio nacional en seis meses

04 may 2020 / 17:34 H.
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Experimento colectivo. Así se puede definir el método de aprendizaje que han adquirido en el CEIP San Eufrasio. Desde hace aproximadamente dos años, este centro educativo adquirió la enseñanza por medio de la comunidad de aprendizaje. En esta manera de educar, además de profesores y alumnos, hay implicados voluntarios, asociaciones e incluso los padres forman parte de las actividades dentro de las aulas.

Este cambio le ha valido para que, en los últimos seis meses, hayan accedido a las finales de dos concursos de ámbito nacional. Mañana sabrán si han obtenido el primero premio del Concurso de Buenas Prácticas Educativas “Mejora tu Escuela Pública”. El centro ha participado en este concurso con el proyecto “El laberinto del alma”. Esta iniciativa surge de un profundo proceso de reflexión por parte del profesorado del centro y de una necesidad urgente de cambio ya que, en los últimos años, coincidiendo con el descenso de la natalidad a nivel local, había un receso importante a nivel de matriculaciones. Todo ello lo llevó a convertirse prácticamente en un “gueto”.

Por ello, en el curso 2017/2018 decidieron apostar por el sistema de Comunidades de Aprendizaje para ampliar la interacción del centro con las familias y la localidad. “El cambio que hemos dado en dos años ha sido radical, hemos pasado de un colegio al que prácticamente no quería venir nadie, a que ahora todos los que están aquí apuntan que es el mejor colegio del mundo”, destaca su directora, Mari Luz Toledano, quien añade: “Siempre se lo digo a mis compañeros: hemos construido un rascacielos de un solar”.

La iniciativa “El laberinto del alma” se articula en torno al flamenco dada el importante componente de alumnos de etnia gitana, tal y como detalle Toledano, y tiene un importante componente emocional y hábitos positivos para frenar los posibles problemas de convivencia que puedan darse en las aulas. Entre las actividades que conforman el proyecto se hallan tertulias, algunas de ellas con música, meditaciones, talleres de risoterapia o yoga, entre otras. “Está dando muy buenos frutos y, más allá del premio que consigamos, ya nos sentimos ganadores porque somos 14 profesores para aproximadamente 80 niños y todos han respondido de maravilla”. Una manera de enseñar distinta que ha contribuido a la mejora de los rendimientos académicos de los estudiantes de un centro que también tiene como reto la construcción de un nuevo centro mayor y adaptado a sus necesidades. La semilla ya la han puesto y su futuro es: apasionante.

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