Fervor y amor por San Isidro

19 may 2019 / 12:19 H.

L as paredes encaladas y la gente llana fueron testigos de la procesión de San Isidro un año más en la pedanía iliturgitana de Los Villares. Allí, el tercer sábado de mayo es sinónimo de fiesta y júbilo con las calles abarrotadas.

En torno a las ocho de la tarde y tras la solemne eucaristía en honor al patrón de los labradores, las campanas de la espadaña parroquial voltearon con alegría al comienzo de la festiva procesión, que con ansia y anhelo esperaban todos sus habitantes. Las andas de San Isidro fueron portadas por una multitud de vecinos, ataviados con sus mejores galas para el día grande de la pedanía. En el cortejo que guiaba el camino al paso del patrón pedáneo, un cortejo de mujeres revestidas con bellas mantillas y jóvenes con banderas vestían de colorido las callejuelas.

En esta ocasión, la procesión por las calles principales del distrito iliturgitano regaló momentos de especial emoción. Algunos de ellos se dieron lugar al encontrarse la imagen de San Isidro con las casas que se sitúan más retiradas del centro del pueblo. Asimismo, el paso de la comitiva por las callejas más estrechas y concurridas de la pedanía dejó momentos únicos en las retinas de los vecinos. Por otro lado, la imagen del patrón bendijo a todas las personas mayores que, desde sus casas y con ojos enlagrimados, vieron pasar a su más sincera y humilde devoción.

Al caer la noche, San Isidro, de nuevo, volvió a la plaza principal de la pedanía, donde en siglos pasados se alzaba la ciudad romana de Isturgi, para bendecir por última vez a los vecinos de Los Villares. Un año más, devoción, fe, nostalgia y alegría se desbordaron por las numerosas calles que exornadas de geranios, banderillas y luces esperaban ansiosas el paso de San Isidro. Además, la Asociación Musical “Maestro Amador” interpretó marchas cofrades y pasodobles típicos iliturgitanos durante la extensa manifestación.

La fiesta no terminó en Los Villares con el culmen de la procesión, ya que su verbena popular continuó con diversos juegos típicos y actividades, además de actuaciones. Así, se celebró el tradicional concurso de patios, que la pedanía vivió durante las vísperas a la procesión y en el presente fin de semana. Días grandes y de reencuentros también, ya que personas de la pedanía, que no residen por problemas laborales en sus casas, regresaron y, por ello, se desarrollaron momentos de gran emoción.

Los Villares, se unió a los más de 15 días de fiestas en honor a San Isidro en todas las pedanías de la ciudad y de la festividad de San Eufrasio en el mismo municipio. El primer fin de semana de mayo, la pedanía de San José de Escobar disfrutó de sus días grandes con sus fiestas en honor a su patrón. Durante el fin de semana pasado, las Vegas de Triana fue la protagonista, con momentos únicos vividos en sus calles y Los llanos del Sotillo y La Ropera aún siguen de fiesta.