Alegría y flores para el Niño

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12 may 2019 / 12:29 H.

S ingular romería. Con las primeras luces del alba comenzó el ajetreo en Pozo Alcón, San Gregorio iba a salir en procesión y era necesario tenerlo todo preparado: las rosas, carrozas, palomitas y demás, que acompañan al Niño Jesús en su gran día. Pasadas las diez de la mañana, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación abrió sus puertas y arrancó el tan curioso acontecimiento. El cortejo fue encabezado por la banda de música y una cruz, con dos extraordinarios panes que luego se repartirían entre los vecinos y que recibe el nombre de la “Cruz de San Gregorio". Tras ellos, el Niño Jesús, portado por mujeres y romeras con el traje típico serrano. A pocos pasos, los esperaban los devotos para la primera de las muchas ofrendas que protagonizarían ambos tronos.

Como dato peculiar, las ofrendas de Pozo Alcón no solo llevan flores, estas van acompañadas de palomitas, las tradicionales rosetas, y caramelos. Poco a poco la imagen fue ascendiendo por el municipio y seguida por muchos vecinos y visitantes, así como alguna que otra carroza. La parada más especial se realizó en la calle que lleva su nombre, San Gregorio, adornada para la ocasión, donde la banda le brindó varias piezas y se volvieron a suceder las ofrendas. Con el pueblo atrás, San Gregorio llegó a la ermita, que también lleva su nombre, y donde lo aguardaban más fieles. Está situada a un kilómetro y medio del municipio en el acceso al pantano de la Bolera y en él, según cuenta la tradición, un 9 de mayo festividad de San Gregorio, dos clérigos jesuítas fueron sorprendidos por una tormenta en la que piedras del tamaño de un puño caían del cielo. Mientras pasaba tal vendaval con pedrisco, uno de los clérigos grabó en una piedra las iniciales IHS y una cruz sobre ellas, que representaba el anagrama de Jesucristo con el que se identifica la compañía jesuítica. Se dice que aquella piedra la entregaron en la parroquia de la Encarnación, siendo hoy el símbolo, junto a una sencilla y solitaria cruz en un camino, de la romería pocense de San Gregorio. Es por ello, que tampoco faltan aquellos que se visten de peregrinos para la ocasión.

Una vez en el paraje, se celebró la tradicional misa y desde allí, los romeros se trasladaron al conocido “Hoyo de los Pinos”. En la zona, protagonizaron una jornada de convivencia y jolgorio que se alargó hasta la tarde, cuando retomaron fuerzas para volver por la noche y disfrutar de una verbena popular. “Se trata de una romería llena de alegría, muy esperada por todos los vecinos y un referente en la agenda festiva de Pozo Alcón”, comentó el alcalde del municipio, Iván Cruz, que estuvo presente durante todo el recorrido procesional. Un buen resumen para lo que se vivió en la serranía, puesto que romerías hay muchas, pero pocas como la de Pozo Alcón.