Los moros y los cristianos pugnan por la fortificación

El gentío se implica para dar realce a la undécima edición de las Fiestas Calatravas, que se cierran esta noche

10 jul 2016 / 11:45 H.

La undécima edición de las Fiestas Calatravas llegó a su momento cumbre y lo hizo por todo lo alto, con una afluencia multitudinaria. La Edad Media se revivió por las calles engalanadas para la ocasión. Como si de la verdadera Reconquista se tratase, el desfile de grupo de moros y cristianos “aterrizó” para luchar por el preciado y gallardo castillo.

La fortaleza alcaudetense, rodeada de cientos de lugareños y visitantes procedentes de toda Andalucía e incluso de otras regiones de España, “regresó” a los años en los que la Orden de Calatrava controlaba el casco urbano. Lo hizo con una escuadra de sarracenos y castellanos. Cerca de las dos de la tarde, sus pasos por las calle Juan avisaban de las ganas que tenía el pueblo de evocar la época.

A medida que pasaban las horas, vecinos y visitantes veían cerca el momento más esperado de las fiestas. El desfile estaba próximo. Después de una tarde calurosa en la que el ambiente crecía con el aumento de turistas, llegó la hora ansiada, las nueve y media de la noche. Se abrieron los mercados y las tabernas, imprescindibles para que la recreación histórica resulte aún más amena y divertida. Y se produjo el momento señalado, el pasacalles medieval partió, acompañado de un gentío formado por personas ataviadas a la usanza de la época medieval desde el Parque de Nuestra Señora de la Fuensanta rumbo hacia la Plaza del Ayuntamiento, en las inmediaciones del Castillo Calatravo. Allí se ubica el mercado con exposición de armamento ofensivo y defensivo y vestuario y atuendos utilizados en la baja y alta Edad Media. No faltaron la animación de calle ni la música histórica. El trayecto demostró por qué la celebración se ha convertido, en solo una década, en una cita admirada en la provincia y en Andalucía. Las escuadras lucieron espectaculares, uniformadas con el realismo que las caracteriza. También las decenas de alcaudetenses, en su mayoría pertenecientes al tejido asociativo del pueblo, que se sumaron una edición más a la fiesta del verano en la villa. El espectáculo congregó a cientos de personas.

Moros y cristianos llegaron al Castillo Calatravo. Quienes los acompañaron —disfrazados para la ocasión— disfrutaron del broche de oro de una cita que, al tiempo que rememora el pasado, mira al futuro y crea tradición. Si bien solo se han celebrado once ediciones, incluida la que termina hoy, menores y adultos del municipio ya la han interiorizado como una cita clásica del verano. Son los auténticos protagonistas de la cita.

La noche sabatina albergó un concierto de música celta a cargo del grupo Mar del Norte, que coronó la jornada junto con el espectáculo ecuestre, que versaba sobre la importancia que tenía el caballo en la Edad Media, con ejercicios de alta escuela mezclados con danza del vientre. Las fiestas se inauguraron el pasado viernes con un desfile protagonizado por colectivos y bandas de música alcaudetenses. El acto de bienvenida contó también con una obra de teatro, un auto de fe a cargo de la Santa Inquisición que se encargó de juzgar a los herejes y pecadores de la villa de Alcaudete.

Las Fiestas Calatravas concluyen hoy en tabernas y mercados y campamentos “medievales” que muestran la forma de vida pretérita. También hay visitas guiadas al castillo y el centro de interpretación calatravo. Una espectáculo ecuestre cierra el programa.