Un año nuevo entre cartones

La suciedad en la estación de autobuses genera críticas de la ciudadanía

02 ene 2018 / 08:20 H.

Una estampa que ilustra la dura vida de los inmigrantes. Personas que se han desplazado hasta Alcalá la Real con la intención de trabajar en la campaña de la aceituna pasan la noche, desde hace semanas, entre cartones en los andenes de la estación de autobuses. La situación se repite en otros lugares, como los cajeros de entidades financieras.

Los inmigrantes, principalmente aquellos que no encuentran un jornal, hacen su vida en la estación de autobuses y su entorno, donde pasan buena parte del día. La presencia de estas personas hace que cartones y diferentes enseres y objetos se acumulen en el lugar, lo que genera críticas.

En este sentido, usuarios del lugar denuncian la mala imagen que se genera en un lugar de referencia para el municipio, por donde pasan muchas de las personas que llegan a él procedentes de otros lugares. En este sentido, consideran que la suciedad no es la mejor tarjeta de presentación. Especial descontento hay con el estado de los servicios por la falta de civismo de ciertas personas. Además, se alerta sobre la presencia de desechos de comida y de envases en la propia sala de espera. Quienes manifiestan su descontento reclaman a las autoridades competentes que tomen medidas.

Por otro lado, quienes frecuentan el edificio de la estación de autobuses alertan de que, en ocasiones, se fuma y se bebe alcohol, a pesar de que tales conductas van en contra de las disposiciones legales para este tipo de lugares públicos. “Esto ocurre delante de todo el mundo, incluidos menores de edad”, afirma un vecino del municipio. Los propios alcalaínos admiten que, en general, no suele haber incidentes, salvo un par de ocasiones en las que hubo que llamar a las Fuerzas de Seguridad al desencadenarse altercados entre inmigrantes. Desde hace días, en diversos puntos del inmueble pueden leerse unos carteles en los que se pide a los usuarios que no dejen objetos personales dentro de las instalaciones antes de la hora del cierre, ya que la empresa encargada de gestionar el lugar no se hace responsable de la posible desaparición de los enseres.

Precisamente, la estación de autobuses es un lugar clave para los inmigrantes en la época de recolección de la aceituna. Cada mañana, los inmigrantes, generalmente de origen africano, se colocan tanto en la puertas de acceso, como en los andenes y el muro exterior a la espera de una oferta. Es frecuente la escena de vehículos de empresarios olivareros, camino del tajo, que se detienen y recogen a una o varias personas. Por lo tarde también es normal la situación, pero al contrario, los vehículos utilizados para el transporte de los temporeros los dejan en la zona.

ALOJAMIENTO. La imagen de temporeros que duermen al raso se repite a pesar de que este año se ha realizado un esfuerzo especial. Aparte del albergue de El Coto, que permite hospedarse varios días, el Ayuntamiento habilitó como lugar de residencia para trabajadores de la aceituna, con unas 35 plazas de capacidad, lo que fue centro de mayores de la Avenida de Iberoamérica. En este caso, los usuarios tienen que abonar cinco euros por jornada. Allí, cofradías y Cáritas ofrecen cenas solidarias. Por otro lado, desde hace unos meses, está desmantelado el asentamiento incontrolado de inmigrantes del antiguo salón Marino.

casos de okupación de viviendas

Vecinos alertan de que, en las últimas semanas, se han producido varios casos de okupación de viviendas, algunos consumados y otros en grado de tentativa. Se trata, en general, de casas antiguas y deshabitadas. La cuestión del alojamiento de los temporeros sigue sin resolver. Son muchos los empresarios que no ofrecen a quienes vienen de fuera a trabajar para ellos un techo bajo el que vivir.