Tres casas, desvalijadas en el barrio del Camino de Charilla

Los delincuentes consiguen un abultado botín en dinero, joyas y pertenencias

18 feb 2020 / 12:43 H.
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Las sensaciones de impotencia e inseguridad embargan a los residentes en el barrio del Camino de Charilla, después de que tres domicilios sufrieran, recientemente, robos en una misma tarde noche. Los delincuentes consiguieron un cuantioso botín, cuyo importe no ha trascendido. Se hicieron con dinero en efectivo, joyas y otras pertenencias. La naturaleza de algunos de los bienes arrebatados sorprende. Por ejemplo, se llevaron de uno de los domicilios perfumes y chaquetas.

Todo apunta a que se trata de la acción de unos delincuentes profesionales. Las casas no se encuentran juntas entre sí, sino situadas a una distancia que puede rondar los doscientos metros. La hora elegida es llamativa. Había anochecido, pero era temprano, entre las ocho y las nueve, unos momentos en los que suele haber gente por la calle. En uno de los casos, los cacos llegaron a destrozar una reja para entrar en el inmueble, mientras que en los otros dos penetraron desde la parte de atrás. Aprovecharon intervalos de tiempo en los que los habitantes de las casas en cuestión se encontraban fuera, aunque una de las dueñas, que volvió a su morada, estuvo a punto de sorprender a los ladrones, que emprendieron la huida. Por ello se sabe que eran tres o cuatro personas las implicadas. Una vez en el interior de las viviendas, los autores se movieron a sus anchas, de manera que se dedicaron a revolver las diferentes estancias en busca de los objetos de valor que les interesaba —en general fáciles de ocultar y transportar—.

En cuanto a la elección de los objetivos, parece que no fue casual. De hecho, dos de las casas asaltadas habían sufrido robos con anterioridad. Una, hace años y otra, solamente unos meses atrás. La investigación por los hechos está en marcha, una vez presentadas las correspondientes denuncias. La colaboración ciudadana puede resultar fundamental para identificar a los responsables.

Uno de los propietarios afectados por estas últimas sustracciones, que prefiere permanecer en el anonimato, expresa su desolación por lo acontecido. “No hay temor y los ladrones no tienen nada que perder. Hace falta endurecer las leyes porque, si siguen como hasta ahora, estamos vendidos”, manifiesta, decepcionado, en declaraciones a Diario JAÉN.

PRECEDENTES. Las sustracciones en domicilios de Alcalá la Real y las aldeas no son excepcionales, aunque tampoco constantes. Estas situaciones suelen ocurrir en coincidencia con la feria y otras fiestas, aunque no siempre es así. El patrón es siempre el mismo. Los cacos aprovechan que los habitantes han salido —lo que sugiere la existencia de vigilancia y seguimiento— para entrar y después de examinar las diferentes estancias, coger dinero, alhajas y otros artículos fáciles de vender. Los inmuebles se eligen con cuidado, de manera que se estudian la ubicación y las características, así como las medidas de seguridad. En general, son construcciones situadas en lugares en cuyo entorno no hay cámaras de videovigilancia. Después de perpetrar el delito, los ladrones huyen sin levantar sospechas.

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