Exigencia de soluciones en la zona de Guardia Ávila

Vecinos denuncian la “pasividad” del Ayuntamiento ante “ruidos de pubs”, que, aseguran, impiden su descanso

02 jul 2017 / 10:37 H.

Residentes en el entorno de la Plaza Guardia Ávila García, después de años de continuas quejas y denuncias, alzan la voz, para reclamar al Ayuntamiento que deje la “pasividad” y garantice su derecho al descanso. Arremeten contra las molestias acústicas, que vinculan con pubs próximos, y laman la atención sobre las consecuencias psicológicas que supone el problema. Avisan de que, “si no se coge el toro por los cuernos”, emprenderán una recogida de firmas y se movilizarán. Según sus datos, en conjunto hay unos 350 perjudicados, distribuidos en más de diez comunidades. Particulares, entre ellos Raúl Nieto, incluso interpusieron en 2014 un pleito penal contra el Ayuntamiento y pubs por los ruidos y la supuesta falta de limitadores acústicos.

Uno de los vecinos que protesta, Francisco Javier Cano, asegura que el alcalde, Carlos Hinojosa, aún no ha cumplido “el compromiso adquirido en una reunión, celebrada en marzo”. Arguye que se acordó un encuentro con el jefe de la Policía Local para arreglar la cuestión. Al respecto, habitantes del entorno critica que sus llamadas a ese cuerpo y a la Guardia Civil no surten efecto. “Esto es insoportable, con voces y petardos de madrugada. Llegaremos hasta donde haga falta para que se tomen medidas”, avisa Cano. Este residente en la calle Carmen de Burgos manifiesta que, además, tienen que soportar la suciedad, hasta el punto de que su comunidad gastó unos seis mil euros en pagar un portón que impida que algunas personas “hagan sus necesidades” o fumen en la propiedad. En el caso de esta vía pública, el vecindario denuncia que la escasa anchura de la calzada —culpan al Edificio Joven— imposibilita, en caso de necesidad, el acceso de ambulancias y camiones de Bomberos.

respuesta. Los hosteleros tienen una visión diametralmente opuesta. El dueño de uno de los pubs pretende dejar claro que cumplen totalmente la normativa, incluida la de horarios de cierre e insonorización. “Hacen más ruido los caminos de la basura que nosotros. Yo concretamente he puesto hasta un portero, que me cuesta el dinero para intentar que no haya mucho jaleo”, afirma el empresario, quien, no obstante, admite que, desde que está vigente la legislación antitabaco la gente sale a la calle a fumar. “Los pubs son la oveja negra de la hostelería”, añade en referencia a que, a su juicio, los bares con sus olores y el jaleo de las terrazas son más molestos que los de sus negocios.