“Este bloque de pisos es la ciudad sin Ley”

Evaristo Flores y Emilia Fernández denuncian molestias en las viviendas sociales de la calle Perú donde residen

15 feb 2017 / 17:10 H.

La pareja formada por Evaristo Flores y Emilia Fernández habla claro. “Este bloque es la ciudad sin Ley”, aseguran. Con esta frase intentan resumir el “sinvivir” que supone para ellos las supuestas molestias que dicen padecer en el inmueble de la calle Perú —pisos blancos— en el que residen, en una promoción social dependiente de la Junta de Andalucía. Con sus palabras, Flores se refiere, principalmente, a los desagradables ruidos que —manifiesta— se repiten incluso de madrugada, de manera que les impide descansar a ellos.

Por otro lado, indican que desde su domicilio, situado en la planta baja del edificio, los ruidos llegan con tal nitidez que no pueden conciliar el sueño. También se quejan del “intenso olor a porro” que impregna el ambiente con frecuencia. Flores considera esto especialmente perjudicial. “Yo estoy totalmente rehabilitado de las drogas y reinsertado en la sociedad, y esto me perjudica”, afirma. Se queja de que la puerta de la comunidad está siempre abierta, de manera que cualquier persona puede entrar cuando le parezca.

Evaristo Flores asegura que ha intentado resolver el asunto, “por las buenas”, con el resto de familias del bloque, sin haberlo conseguido. “Le echan la culpa de los golpes y los ruidos a una mujer que vive en una casa cercana”, apunta. Por tal motivo, insta a la Junta de Andalucía, la administración titular de las viviendas sociales, a que tome cartas en el asunto y consiga una solución. En caso contrario, reivindica que la administración autonómica le facilite un techo, bien en Alcalá o en alguna de las aldeas del término municipal. Se muestra muy agradecido con el Ayuntamiento —menciona tanto al alcalde, Carlos Hinojosa, como a los Servicios Sociales— por la ayuda prestada hasta el momento. En esta línea, destaca su apoyo y la circunstancia de que la administración local ya le facilitó una casa situada en la calle Pilar de las Tórtolas. De aquella experiencia destaca la correcta relación que había con las personas que residían en la zona norte.

Flores remarca que, en la actualidad, se encuentra al día con los pagos derivados de la comunidad —el alquiler mensual, apunta, es de veinticino euros—. Sin embargo, solicita apoyos porque cuenta con unos ingresos muy exiguos. “Ahora mismo estoy parado y mi señora también. Yo solo pido un puesto de trabajo, aunque sea un par de meses, para poder sobrevivir. No tengo dinero para pagar la luz, el agua y todos los gastos. Lo único que tengo procede de cuatro pañuelos de papel que vendo y de algunos amigos que me echan una mano”, subraya este conocido alcalaíno.