El paro, por debajo de mil personas seis años después

Unos datos que pueden calificarse de históricos, aunque habrá que ver si se mantienen. La generalización de la campaña de recolección de la aceituna posibilita que el paro registrado en Alcalá la Real descienda por debajo de las 1.000 personas. El año 2016 se cerró con 961 personas sin ocupación en el municipio, unos niveles que no se conocían desde el mes de enero de 2011, cuando la cantidad se cifraba en 992.

El descenso del desempleo ha sido drástico. Si a 30 de noviembre de 2016 1.271 estaban inscritos —una cifra superior a la que había justo 12 meses antes—, el ejercicio se cerró con 961. En términos interanuales, el descenso fue de 103. El análisis de los detalles de esta cifra resulta ilustrativo, pues había 643 mujeres y 318 varones sin trabajo, lo que significa que las labores de recogida apenas absorben a demandantes del colectivo femenino en Alcalá la Real. De hecho, a partir de primavera las diferencias entre sexos son mucho menores, circunstancia que sigue hasta que llega la próxima temporada oleícola.

Hasta septiembre de 2008, el número de parados estaban siempre por debajo de 1.000. En los 2 años siguientes, las oscilaciones suponían que el total estuviera unas veces por encima y otras por debajo de ese nivel psicológico. De cualquier manera, el cierre de 2016 está muy lejos de la cuantía mínima desde la serie histórica que arrancó en enero de 2005; precisamente entonces se contabilizaban solo 696 parados.

Por lo que respecta a otros parámetros, los demandantes de trabajo en diciembre de 2016 eran 1.947, frente a los 3.360 de noviembre. Los trabajadores eventuales agrícolas subsidiados —es decir, los perceptores del antiguo PER— sumaban, el último día del año pasado, 341 —263 mujeres y 78 hombres—, una cifra desconocida desde diciembre de 2014.

El volumen de contratos se disparó el pasado mes, con 4.348, una suma menor que los 4.617 del mismo periodo de 2015. El análisis permite apreciar la temporalidad —4.314 frente a solo 34 indefinidos— y que se incorporaran al trabajo 3.299 varones frente a 1.049 féminas. La contratación en la agricultura era predominante, con 3.993 —ninguno de ellos indefinido—, muy por delante de los 261 de los servicios, los 90 de la industria y los 14 de la construcción. La demanda de mano de obra de la agricultura benefició a españoles y extranjeros.