Aceite de calidad desde La Campiña

El olivar escañolense sufre una sequía que dura ya siete largos años a pesar de los cuales el producto mantiene su “cartel” en el mercado

22 feb 2018 / 09:11 H.

Pendientes del cielo. Así viven los olivareros de Escañuela una situación de sequía que dura ya la friolera de siete años. De sol a sol, trabajan a pie de árbol para sobrevivir a un ciclo que se alarga ya demasiado y que, de continuar así, pondrá en peligro la economía del municipio, que en su gran mayoría depende del campo y del olivo para su subsistencia cotidiana.

Aceite de calidad el que produce este pueblo cuyas calles, estos días, asisten al trasiego de gentes y vehículos que van y vienen del tajo. Rodeado de papeles en la oficina de una de las cooperativas locales, San Pedro ad Víncula, Pedro Alcalá Cuesta, su administrativo, mira de reojo hacia las alturas desde los ventanales de las instalaciones, a ver si las nubes se echan para adelante y dan una alegría. La sociedad en la que trabaja recibe, aproximadamente, el 85 por ciento de la aceituna de la zona, picual, y produce una media de 2,5 millones de kilos, al que da salida, entre otras formas, a través de sociedades nacionales que se encargan de distribuir tan extraordinario producto internacionalmente.

La actividad aceitera en Escañuela viene de largo; no en balde, la Cooperativa San Pedro ad Víncula, “la única del pueblo” —en palabras de Pedro Alcalá Cuesta—, data de 1960, cuando los agricultores del municipio se unieron y formaron la sociedad, bajo el entrañable nombre del patrón. A día de hoy, según se dé la temporada, la nómina de esta empresa oscila entre los 8 y los 10 trabajadores, que atienden unas instalaciones de aproximadamente 6.000 metros cuadrados que permanecen abiertas durante todo el año.