Vítores a la Virgen de la Estación

Brillante procesión con Nuestra Señora del Rosario como gran protagonista

09 oct 2017 / 11:03 H.

La romería de la Virgen del Rosario atrajo a numerosos vecinos. Los actos se iniciaron con el traslado de la venerada imagen desde su capilla, ubicada en el barrio de la Estación, hasta la parroquia de San Juan de la Cruz, templo en el que se celebró una eucaristía en honor de la imagen titular. A continuación hubo dos jornadas de verbena popular, a cargo de la prohermandad, en la plaza, con barra para degustar viandas.

Posteriormente, se ofició una misa de capataces y costaleros. Las calles de las zonas centro y sur acogieron la procesión, que contó con el acompañamiento de las hermandades y cofradías de pasión y gloria. Al final del desfile se entonó la salva. La imagen estrenó una saya blanca bordada en oro, igual que la de su hijo, confeccionada por Antonia Fernández.

La jornada dominical se abrió con una eucaristía de romeros en el parque, a cargo del consiliario de la prohermandad y párroco de la iglesia Inmaculada Concepción, Carmelo Lara. Luego, el simpecado del Rosario inició su peregrinar hasta la zona recreativa del Parque Forestal Aquisgrana. A mediodía, se hizo la habitual “pará”, para rezar el ángelus en plena naturaleza. Acompañaron a la Virgen del Rosario miembros de la asociación caballista La Zalea.

Se celebró un acto romero en La Aquisgrana. Después de hacerse diez años junto al río Acero, se cambió a la zona opuesta, a un lugar al que se accede por un camino totalmente asfaltado y donde hay una explanada para ubicar a los cientos de peregrinos, algo que destacó la vicepresidenta del colectivo cofrade, Antonia Fernández Marín. Nuestra Señora contempló desde una pequeña carreta convertida en improvisado altar, el bullicio de personas de todas las edades, que compartieron un buen rato. Avanzada la tarde, regresó el símbolo religioso a la iglesia que lleva el nombre de la Virgen. La romería acabó con una lluvia de pétalos de flores y palmas a compás en la puerta. La festividad fue organizada por la prohermandad de la patrona del barrio de la Estación. En las primeras siete ediciones, los actos corrieron a cargo de la asociación de vecinos Santo Reino. La imagen, obra de los hermanos Tirao Carpio, fue donada hace varios años por el carolinense Gregorio Pérez.