Una nueva ley permite ya la “defunción” de la Cámara

La Cámara de Comercio e Industria de Jaén va camino de cumplir un año alejada de la gestión empresarial. Desde que los últimos empresarios, capitaneados por Manuel Barrionuevo, decidieron “dejar las llaves” y pedirle a la Junta que asumiera su gestión —a finales de octubre de 2016—, la institución —con 130 años de existencia— parece muerta en vida. La Junta de Andalucía, como administración tutelante, “cogió las riendas”, pero poco más ha podido hacer. Un informe de la comisión gestora dejó clara la situación de inviabilidad, ya que su deuda ronda los 6 millones de euros. Y con esta situación y con el ejemplo de los últimos empresarios que se sentaron en el pleno, que lo intentaron pero no pudieron sacarla a flote, allí no hay candidatura que se arrime.

La Confederación de Empresarios de Jaén (CEJ) dejó claro que no apoyará iniciativa alguna que entre en la Cámara de Comercio. Y si alguien lo hace, será al margen de la organización. De hecho, este asunto se ha tratado en ocasiones en el foro empresarial porque alguna vez se ha proyectado algún aventurero dispuesto a tirar para adelante, pero pronto ha cambiado de opinión. Y, así, la Cámara de Comercio e Industria se encuentra con un informe que la declara inviable y sin empresarios que quieran gestionarla —precisamente, por eso mismo—. No obstante, hasta ahora, han existido muchas dudas de cómo “hincarle el diente” a un plato que no es de buen gusto, simplemente, porque no hay precedentes de disolución de una Cámara de Comercio e Industria.

Los cambios. Ahora, la nueva Ley Andaluza de Cámaras de Comercio sí que establecerá la base normativa para cerrar la institución jiennense —siempre que se den las condiciones, que parece que aquí se cumplen: no hay viabilidad ni empresarios que tiren de ella—. De esta manera, el texto normativo deja claro que solo existe obligación de contar con una Cámara de Comercio e Industria por provincia. Como en el caso de Jaén existen tres: la capital, Linares y Andújar, no habría problema para que desapareciera la de Jaén y que las otras dos asumieran los servicios que esta prestaba. De hecho, esto puede ser hasta un aliciente para las de Linares y Andújar, ya que, tras la supresión de la cuota cameral, las Cámaras de Comercio se nutren de contratos por servicios y de programas concretos, por lo que tomar las riendas de la capital les puede suponer abrir el campo para su financiación.

Además, la Ley Andaluza de Cámaras de Comercio, que está casi ultimada, ahonda en un asunto que nunca ha sido fácil de solventar, como es la cuestión de género. La norma obliga a que, al menos, exista una representatividad del 40% en los órganos de la Cámara de Comercio. Hasta ahora, al menos en la provincia, han sido unos foros que estaban comandados por hombres. Que hubiera una mujer, simplemente, resultaba una excepción.

Por último, queda por ver cómo impactará la nueva norma en el resto de Cámaras. Parece evidente que habrá que convocar elecciones para renovar los órganos, que se tienen que adaptar a la ley. El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Linares, Manuel Gámez, recibirá un homenaje en su tierra el próximo viernes, por lo que parece que no continuará en el cargo. En el otro lado, queda la duda de si Eduardo Criado se retirará o seguirá en una institución en la que se siente cómodo y a la que lleva vinculado durante décadas.