Una gran labor integradora

El triduo del Silencio se abre a las personas con sordera y ceguera

20 feb 2018 / 14:11 H.

La austeridad ha marcado, desde sus orígenes, a la Hermandad de Penitencia y Cofradía de Nazarenos de Silencio del Santísimo Cristo de la Humildad y María Santísima Madre de Dios. Una cofradía que cuenta con unos cultos muy solemnes y que, en el caso del tradicional Triduo de este 2018, ha apostado por la inclusión de las personas con sordera y ceguera. “La idea surgió a través del delegado episcopal para Sordos, Germán García Aguilera, al que le pedimos que predicara el pregón, con la intención de vincular a personas a las que les cuesta más trabajo comunicarse y estaban, podríamos decir, un poco apartados”, manifestó el hermano mayor de la cofradía, Diego Montiel.

Así, toda la celebración se interpretó en lengua de signos, incluidos los cánticos litúrgicos: “Estamos satisfechos porque es la primera vez que han participado. Incluso, algunos se han interesado en la cofradía”. Una hermandad pequeña, vinculada al silencio, que sin embargo no deja de crecer. Y, prueba de ellos es que para esta Semana Santa han ampliado faroles y cruces, tras la gran demanda del año pasado.