Un experto en empresas ficticias

La Policía descubre un macrofraude a la Seguridad Social con falsos empleados

17 mar 2016 / 11:54 H.

La Policía Nacional ha puesto al descubierto una red de empresas fantasma dedicadas a vender contratos falsos con los que los empleados ficticios podían acceder al subsidio de desempleo sin haber cotizado ni un solo día. Los implicados se cuentan por decenas, tal y como confirman las fuentes consultadas. Y en el centro de toda la trama se encuentra Francisco V. A., un vecino de la capital de 32 años que ha hecho de este “modus operandi” su medio de vida. Está considerado un experto en crear empresas que no tienen actividad alguna, pero que dan de alta centenares de trabajadores que, lógicamente, pagan importantes cantidades de dinero por ello. De hecho, a Francisco V. A. lo han detenido por este motivo en, al menos, cuatro ocasiones en los últimos meses. La última ha sido en el marco de la operación “Fierro”, que acaba de concluir la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de Jaén.

Presuntamente, fundó una empresa en septiembre de 2014, que puso a nombre de su mujer, Gema D. A. Esta sociedad, que sobre el papel se dedica al negocio de la tapicería, contrató, nada más y nada menos, que a 60 trabajadores. Eso sí, la empresaria no satisfizo ni una sola cuota a la Seguridad Social. En febrero de 2015, la Inspección de Trabajo comenzó a investigarla por ello. Y los técnicos pronto comprobaron que era una empresa “ficticia”. Visitaron las dos direcciones que figuraban como domicilio social de la entidad y eran viviendas particulares. No había ni rastro de naves, ni de sofás, ni de sillas para tapizar. Nada de nada. El siguiente paso fue interrogar a los 60 supuestos trabajadores que tuvo la empresa. Según consta en el atestado policial, 28 de esos empleados reconocieron “directa o indirectamente” que nunca trabajaron en la tapicería de Gema D. A. y de Francisco V. A. y que sus altas habían sido fraudulentas. Otros 18 “miembros” de la plantilla ni tan siquiera comparecieron ante la Inspección. Las investigaciones pusieron al descubierto que 19 de esos empleados fantasma solicitaron y consiguieron el subsidio de desempleo, a pesar de que nunca habían trabajado para esa sociedad. A todos se les acusa de delitos de fraude a la Seguridad Social y falsificación en documento. Al parecer, los “empresarios” captaban a los “empleados” a través de anuncios en páginas web o mediante el boca a boca. La plantilla está compuesta por personas residentes en casi todas las provincias andaluzas, sobre todo de Jaén, Granada, Málaga y Almería.

Trabajo puso los hechos en conocimiento de la Fiscalía, que presentó la correspondiente denuncia. El Juzgado de Instrucción número 1 de Jaén encargó la investigación a la UDEV. Sus agentes detuvieron al matrimonio a mediados del pasado mes de febrero. Ya son viejos conocidos. A ambos les constan antecedentes por hechos prácticamente idénticos. Solo en Jaén tienen abiertas diligencias en tres juzgados. Uno de estos casos fue especialmente llamativo para la Policía. Francisco V. A. tenía una empresa dedicada a la grabación de sonido y a la edición musical con sede en Campillo de Arenas. Dio de alta a varios familiares directos, que nunca pisaron el estudio, pero que sí cobraron después el paro. Según los investigadores, le entregaban al empresario el 50 por ciento del subsidio a cambio de haberlos dado de alta. Es uno más de los muchos “chiringuitos” montados por Francisco para ganar dinero fácil.

Un agujero de 118.000 euros

informe. Los trapicheos de Francisco V. A. y de Gema D. A. generan un extraordinario perjuicio a las arcas públicas. Solo en el caso de la falsa empresa tapicera, dejaron de pagar todas las cuotas de la Seguridad Social, por lo que la propia Tesorería pide que les imponga una sanción de 118.769 euros. En el caso del falso estudio de grabación, la cuantía del agujero fue muy similar: 114.000 euros. Después de ser detenidos, Francisco V. A. y su esposa Gema D. quedaron en libertad con cargos, a la espera de que ser interrogados por el juez Fernando Moral. Sin embargo, no acudieron a la primera citación. Hoy deben comparecer ante su señoría. El último domicilio conocido de ambos está en un pequeño pueblo granadino, Huéneja.