“Todo fue un mal sueño, me sabe mal por el otro hombre herido”

Uno de los agredidos de Carchelejo se recupera en su casa del tiro

21 jul 2017 / 11:11 H.

Todo se queda en un mal sueño y no quiero ni recordarlo. Me sabe mal por el otro hombre que sigue ingresado en la UCI del hospital y lo tiene muy complicado”. José Andrés González, presidente de la cooperativa San Roque de Carchelejo, solo quiere pasar página de un episodio en el que, sin comerlo ni beberlo, estuvo a punto de perder la vida, cuando, a media mañana del pasado 7 de julio, Alfonso A. T., de 64 años, se dirigió hacia él, escopeta en mano, y le disparó un tiro de bala que le atravesó el abdomen. José Andrés quedó tirado en el suelo, mientras que su agresor emprendía la huida en un Toyota 4x4 rojo, tipo camioneta, para poco después ser detenido por la Guardia Civil cuando se dirigía a Jaén por la autovía. Ahora, solo desea recuperarse, curar cuanto antes sus heridas y volver a su trabajo y a sus rutinas.

“Me han puesto 19 puntos”, comenta. Tras pasar varios días ingresado en el Hospital Médico Quirúrgico de Jaén, donde fue intervenido quirúrgicamente, de un tiro de bala de escopeta que le cosió el abdomen de lado a lado, se recupera felizmente en su domicilio de Carchelejo tras recibir el alta médica.

“La rehabilitación no ha sido dura, está siendo suave y la llevo sin problemas. Puedo andar, aunque, de momento, muy despacito para ir al servicio o al salón. Lo único que necesito es ayuda para incorporarme”, manifiesta José Andrés González. Pese a haber recibido el disparo de bala en la zona del abdomen, asegura que no tiene problemas con la comida ni con la digestión: “Como perfectamente. No tengo problemas de estómago ni de intestino”.

Comenta que continúa en el proceso de rehabilitación, pero lo que quiere es regresar pronto a su actividad normal: “El sábado (mañana) hay consejo en la cooperativa. No sé si estaré en condiciones de poder ir, pero mi deseo es asistir, porque esto no me va a romper mis rutinas”.

Además de sus funciones de presidente de la cooperativa de aceite de Carchelejo, José Andrés González Gómez trabaja como monitor de albañilería en la escuela-taller del Ayuntamiento de Jaén.

Un mal día. José Andrés no quiere recordar lo que pasó aquel aciago día. Su cuñado, Diego Ruiz, testigo presencial, comentó a este periódico el día de los hechos, que se encontraban ellos dos y otras personas, todos ellos socios de la cooperativa de aceite, charlando tranquilamente frente al bar La Ermita, situado en la calle San Marcos de Carchelejo. En un momento dado pasó Alfonso A. T. en su Toyota, se detuvo, se bajó y, escopeta en mano, efectuó un solo disparo de bala de las que se usan en monterías, alcanzando en el abdomen a José Andrés González. El proyectil, en su trayectoria de bala perdida, hirió en el cuello a Mateo Coronas, que se encontraba en el grupo, lo atravesó e impactó contra el cuadro eléctrico que hay en la pared del bar. Acto seguido, el agresor se dio a la fuga con su vehículo, pero fue perseguido por Cristóbal Romero que también formaba parte del grupo de charla a las puertas del bar. Este lo adelantó en la autovía y avisó a la Guardia Civil que atendía, pasada La Guardia de Jaén, un accidente de tráfico. Los agentes dieron el alto al agresor, lo detuvieron y lo pusieron a disposición judicial tras tomarle la correspondiente declaración en la Comandancia.

Beatriz González, hija de José Andrés González, ha hecho un agradecimiento público a todo el personal sanitario que atendió a su padre, tanto del centro de salud de Carchelejo como del hospital: “Cuando nos enteramos de lo que había pasado, mi madre y yo acudimos a donde estaba mi padre, que seguía tirado en el suelo. Yo estuve con él hasta que llegó la ambulancia. Estaba muy mal, pero tras la operación la recuperación ha sido muy rápida y todo han sido buenas noticias”.