“Tengo mucho dolor, pero lo bueno es que estamos vivos”

Miguel Ángel Lanzas Ortega está en Sevilla a la espera de una operación tras el grave accidente de tráfico

16 ago 2016 / 13:46 H.

Miguel Ángel Lanzas Ortega —de 33 años— salió con su furgoneta cargada de pan desde la Estación de Linares-Baeza. Como todos los días, se dirigía a Villanueva del Arzobispo para comenzar el reparto. “Vi el coche que se me vino de frente. Los intenté esquivar, pero dieron un volantazo hacia el mismo lado y chocamos”, recuerda. Asimismo, continúa: “Me bajé del coche y me senté en la carretera. La gente comenzó a llamar a los equipos de Emergencia. Cuando me di cuenta, no me podía levantar del asfalto. El golpe fue para matarnos los cuatro. Por suerte, todos estamos vivos. Solo espero que nos recuperemos bien para vivir la vida”. Miguel Ángel Lanzas Ortega está en la Clínica Fremap —en el barrio de Heliópolis— de Sevilla. Fue llevado a Linares, pero los facultativos aconsejaron su traslado a la capital hispalense. “Los médicos me han dicho que tengo las vértebras machacadas. Estoy en una cama lleno de dolores y no me puedo ni mover. Debo esperar para que baje la inflamación antes de someterme a resonancias y otras pruebas, que servirán para hacerme un diagnóstico más claro antes de operarme de la espalda. Ahora no puedo ni caminar, ni moverme”, explica.

Su madre, Dolores, y su mujer, Yorena, no se mueven de su lado. “Todavía me vienen a la cabeza las imágenes del accidente. Si los chicos del grupo llegan a ir en un turismo en vez de en una monovolumen se hubieran matado. A mí me hubiera pasado lo mismo si voy en un coche en vez de en la furgoneta con la que reparto el pan. Por suerte, estamos todos vivos. Los dos muchachos que iban en la parte de detrás eran los que estaban peor”, recuerda.

“Yo no soy famoso, como los de Supersubmarina. Por eso, muchos ni se acuerdan de mí. Solo espero que todos estemos bien pronto y que los chicos del grupo musical se recuperen también muy pronto”, afirma. Miguel Ángel Lanzas Ortega reparte el pan desde hace cuatro años por diversos pueblos de La Loma. Tiene un niño pequeño —de 6 años— y lleva 13 años en la carretera. Nunca había tenido un accidente. El del pasado domingo, a primera hora de la mañana, era el primero, que pudo tener consecuencias fatales. Sin embargo, ahora solo piensa en recuperarse cuanto antes para pasear con su mujer y su niño y que el siniestro sea un mal recuerdo que pudo tener consecuencias fatales, pero que quedó en nada.