SuperPerfumerías cierra tiendas para intentar huir de la quiebra

La cadena comercial se encuentra al filo de caer en concurso de acreedores

07 feb 2019 / 11:21 H.

SuperPerfumerías vive una situación crítica. Está al borde de caer en concurso de acreedores, lo que podría acabar con la quiebra definitiva y la disolución de la empresa. De hecho, existen tres acreedores que ya han solicitado oficialmente el concurso en el Juzgado de lo Mercantil para la sociedad. En cambio, Superperfumerías —fundada en Linares en 1982— y una de las sociedades más señeras de la provincia, se resiste a caer. No lo tiene nada fácil, pero los nuevos administradores trabajan “a contrarreloj” para intentar que la marca sobreviva a través de una profunda reestructuración de la empresa que reduzca los costes y abra nuevas vías de ingresos.

La consecuencia más evidente se ve en la calle. El 26 de diciembre, echó el cierre la tienda del número 8 de la Plaza de la Constitución de Jaén. El 1 de febrero, también bajó la persiana definitivamente la del número 41 de la Avenida de Andalucía. Quedan tres más: una de Los Jardinillos, otra en el Centro Comercial La Loma y la tercera en la Avenida de Madrid, cuyo futuro, al igual que las de buena parte del grupo, es incierto o, tal vez, complicado.

El grupo SuperPerfumerías tenía 63 tiendas y alrededor de 350 trabajadores —la mayoría mujeres—. Tenía su matriz en Jaén y su centro logístico, pero su expansión llegó a buena parte de España. Contaba con comercios en calles tan señeras como la Gran Vía de Madrid o zonas tan exclusivas como Puerto Banús, en Marbella. En los últimos tiempos, registró una importante expansión por el norte de España. El registro mercantil refleja que, en 2015, facturó 34.532.096 euros, lo que hacía, al igual que en años anteriores, que fuera uno de los grandes negocios de Jaén. En cambio, en los últimos tiempos, las cuentas no han ido cómo se esperaban. Se intuye —a falta de un estudio en profundidad— que los sobrecostes de algunas tiendas enclavadas en lugares con gastos muy elevados —principalmente en grandes centros comerciales del país— han acabado por desequilibrar una empresa que era señera en la provincia y bien conocida en España.

Cambio de propietario. El lunes 24 de diciembre de 2018, el Boletín Oficial del Registro Mercantil publicó el cambio de socio único de Francisco Suárez S. A., que es la empresa que sustenta la marca SuperPerfumerías. Francisco José Suárez se la transfería a Vicente Velasco, tal y como se recoge en el documento público y oficial. Los nuevos administradores han comenzado una carrera “a contrarreloj” para realizar una evaluación del estado de la sociedad e intentar que no caiga en quiebra.

La empresa tenía 63 tiendas y 350 trabajadores. En cambio, las medidas de ajuste han hecho que el 25% de los comercios hayan bajado la persiana, lo que ha conllevado el despido de alrededor de 100 trabajadores —la mayoría son mujeres—. La dirección de la empresa afirma que está obligada a reducir los costes porque no pueden obtener líneas de financiación para reflotar las empresas. Además, se da la circunstancia que los productos vinculados a la perfumería están en manos de dos o tres grandes grupos que, cuando existe incertidumbre con el cobro, dejan de suministrar la mercancía, lo que complica aún más la situación. La nueva dirección de Superperfumerías afirma que la estrategia pasa por cerrar las tiendas más costosas y también ofrecer algunos otros comercios a otras empresas para que accedan a comprarlas, lo que conllevaría la supervivencia de ese comercio en concreto y la subrogación de los trabajadores con el nuevo comprador.

Los actuales propietarios recalcan que todos los trabajadores están al corriente de pago en sus nóminas. Al parecer, solo se les adeuda una parte de la paga extraordinaria de la Navidad. En cambio, los empleados despedidos sí que cobraron sus nóminas y obtuvieron el reconocimiento del finiquito, pero este, por lo general, no lo han cobrado. La empresa declara a Diario JAÉN que su intención es mantener el mayor número de tiendas abiertas, lo que implica garantizar el máximo empleo posible. Ahora, su objetivo está en evitar el concurso de acreedores, lo que la llevaría a la ruina. Y esto pasa por cortar los gastos y negociar la deuda, lo que puede conllevar más cierres de tiendas y despidos.

Un gran centro logístico en Linares y una flota de camiones están “en vilo”

SuperPerfumerías nació de la iniciativa empresarial de una familia de Linares, que comenzó a vender productos de droguería y de cosmética. En cambio, tal y como publica la empresa en su página de internet, la sociedad tal y como ahora se la conoce nació en 1982. De ahí que lleva 37 años funcionando y cuenta con una estructura perfectamente ensamblada que le valió para crear una red de tiendas repartida por diversas zonas del país y una marca fácilmente reconocible por los españoles.

La empresa se sustenta en la compañía Francisco Suárez S. A., que es la gran firma que sostiene el negocio. En cambio, el grupo SuperPerfumerías dispone de otras filiales o, lo que es lo mismo, pequeñas empresas que son propietarias de tiendas. En el caso de la capital jiennense, los comercios y las trabajadoras estaban vinculados a Jara División S. L. y Nikoping Develops S. L., por ejemplo.

Superperfumerías siempre funcionó como un gran grupo con una estructura muy profesional. Cuenta con una central de compras y un centro logístico, que se encuentra en el Polígono de Los Jarales de Linares. Desde allí se coordinaban buena parte de los establecimientos. Los almacenes sustentaban la mercancía, que se compraba a gran volumen debido la dimensión de la empresa. Y, desde Linares, una flota de camiones —y camioneros de la empresa— distribuían, salvo algunas excepciones, el género por los distintos establecimientos comerciales. De ahí que existe la rama comercial, que se sustenta gracias a un entramado logístico y de transportes perfectamente engrasado. Por eso, no solo están en riesgo los puestos de trabajo de las vendedoras, sino también de los coordinadores de los comercios, de los gestores de los productos y de los propios camioneros que, generalmente, solían operar desde la ciudad de Linares.