Sara y Adonay se dan el “sí quiero” en Cuatro weddings

El programa acude al enlace celebrado en la iglesia de San Félix de Valois

13 ene 2019 / 11:39 H.

Muchas parejas cumplen un sueño cuando contraen matrimonio y sellan su amor incondicional para toda la vida. Si además pueden ganar una fantástica luna de miel en un destino exótico, todo parece apuntar a que ese día será mucho más inolvidable para los contrayentes y sus invitados. Sara y Adonay, una pareja de jóvenes vecinos del barrio jiennense de Peñamefécit, celebraron su boda de ensueño en la iglesia de San Félix de Valois, junto a 80 invitados, sus tres contrincantes, y un equipo del programa de Cuatro. Con un presupuesto de 21.300 euros, la pareja compitió con tres más por una maravillosa luna de miel en la República Dominicana. Además de las valoraciones del resto de concursantes, los jiennenses tuvieron que someterse al juicio de Raquel y Noemí Salazar—de Los Gipsy Kings—, que no perdieron detalle del vestido de la novia, el lugar de celebración, el menú o los regalos con los que los invitados obsequiaron a la pareja, desde el salón de casa, a través de la televisión.

Las Salazar se convirtieron así en comentaristas de excepción de la tradicional boda marroquí de Ahlam y Aladín; la carnavalera, de Trini y Fermín; la religiosa y de barrio, de Sara y Adonay; y la flamenca, de Sheila y Gaizka, que fueron los ganadores del programa.

Con la Catedral de Jaén, el Castillo de Santa Catalina y las calles del barrio de Peñamefécit, Sara y Adonay se presentaron ante los espectadores muy ilusionados y dispuestos a ganar. Se conocen desde que eran niños, ya que sus abuelas era vecinas. Poco a poco surgió entre ellos la chispa del amor hasta que decidieron formalizar su relación ante el altar de la iglesia del barrio que los vio crecer. El novio, que llegó el primero al templo, dejó a todos con la boca abierta por su espectacular traje blanco con detalles en pedrería. Tras saludar a las tres invitadas, esperó dentro a la novia, que llegó sonriente en un coche de alta gama. Su vestido de corte de sirena acompañado por un largo velo generó el debate entre sus contrincantes, que tras la ceremonia religiosa, se trasladaron en autobús hasta el restaurante donde se celebró el banquete nupcial. La pareja de jiennenses cuidó todos los detalles y no escatimaron en jamón en un gran día para las dos familias, que quisieron agasajar a sus invitados con una gran fiesta para recordar. Los regalos personalizados, una enorme pista de baile para disfrutar y el recibimiento de los familiares de ambos jóvenes fueron comentados por el resto de participantes que otorgaron el aprobado en sus valoraciones sobre el acto en general.