San Sebastián clausa clamor entre todos los fieles del cerro

Los vecinos del municipio viven unos días con aire muy romero en la sierra de San Cristóbal al lado de su patrón

21 may 2018 / 16:34 H.

El cerro de San Cristóbal se vistió de gala para acoger la romería del patrón de los guardeños. Entre toda la naturaleza que reina en el paraje natural que rodea a la ermita, San Sebastián salió en procesión seguido por un millar de fieles que, con pasión, rindieron homenaje al santo en las Allanadas.

El recorrido estuvo amenizado por los sones de la banda musical, que dedicaron algunas canciones al patrón, como “Caridad del Guadalquivir”, que confirió un matiz de intimidad a la procesión al tratarse de una marcha lenta. Entre vítores y aplausos, el santo se fue abriendo paso por el llano del cerro de San Cristóbal al mismo tiempo que los vecinos más devotos se unían al desfile para conseguir la bendición del santo.

San Sebastián es una devoción como pocas en la provincia, su trono se mecía al ritmo de los pasos que marcaban los anderos. Con un gran naranjo a su espalda, el patrón de los guardeños se hizo grande cuando el viento soplaba y las hojas del árbol se camuflaban con el verde de la naturaleza que, allí, en el cerro, unos metros sobre el término de La Guardia de Jaén, imperaba sobre todas las cosas. Los aires romeros de los fieles se convirtieron, también, en uno de los ingredientes fundamentales de la cita, ya que no faltaron grandes vestidos de flamenca, preparados para una ocasión que, sin duda, lo merece todo. La imagen del santo volvió sobre sus pasos y se dirigió a la ermita que lleva el nombre del cerro. La emoción no faltó, pues La Guardia es un pueblo devoto al máximo exponente de su patrón.

Con la llegada de San Sebastián a la ermita, se produjo uno de los momentos más emocionantes de la romería. Los vecinos, visitantes y demás devotos se colocaron en torno al templo y, allí, los anderos sostuvieron a pulso el trono, con sus antebrazos, para que el paso del santo entrara en la ermita. A la vez, la banda entonó el típico Himno de España, que puso la piel de gallina a todos los que allí se congregaron, pues San Sebastián entró despacio en su ermita con los sones de un símbolo musical nacional por antonomasia. Los coheteros hicieron el resto, pues ninguna población de alrededor podía quedarse sin saber que en La Guardia se estaba celebrando algo grande, la romería en honor de San Sebastián, patrón de este gran pueblo. Una vez se encerró entre los muros de la ermita, los fieles recogieron los claveles rojos y blancos que el santo portó en el trono durante el desfile. Todos se quedaron con un recuerdo de una procesión que no vivirán de nuevo hasta el año que viene, cuando el cerro de San Cristóbal cobre vida de nuevo y albergue a romeros, cofrades y caballistas guardeños.

Como acto previo al desfile, los vecinos asistieron a una misa, como no podía ser de otra forma, en honor de San Sebastián, en pleno corazón de la sierra. El coro romero amenizó con sus temas la ceremonia, en la que no faltaron guitarras, panderetas y las voces, cuanto menos increíbles, de los miembros de la coral rociera. En definitiva, se trató de un día para no olvidar, que quedará grabado en las mentes de los guardeños para siempre gracias, además, a la presencia de Diario JAÉN y su compromiso con la historia de todos los pueblos que vertebran la provincia de Jaén. Así, aquellos que lo desearon, consiguieron, con su ejemplar de periódico, una gran camiseta y un pañuelo rojo, ambos enseres personalizados con el nombre de La Guardia y el de su patrón, San Sebastián. Algo que, sin duda, ayudará a los vecinos de este pueblo a recordar la romería de este año con una sonrisa en los labios. La jornada transcurrió, en esta línea, con momentos llenos de convivencia y diversión en los que la alegría fue muy protagonista.

Los guardeños clausuran así la romería de San Sebastián, pero con vistas a las fiestas de invierno, donde volverán a rendir honor a su patrón. En definitiva, se trata de un pueblo que siente una fe muy especial y única en Jaén.