Ruina “imparable” en San Eufrasio

El Ayuntamiento opta por vallar calles del cementerio para evitar daños si hay derrumbes

03 nov 2017 / 10:45 H.

No por repetido y denunciado deja de ser preocupante la situación en la que se encuentra el Cementerio de San Eufrasio, unas instalaciones municipales que, si por algo destacan, es por una histórica dejadez en su mantenimiento. La última medida adoptada por la Administración local, obligada ante el manifiesto riesgo de derrumbe de las calles en las que se reparten los nichos del camposanto pasa por colocar vallas que cierran el paso a los visitantes. Ni siquiera los que van a honrar a sus muertos pueden pasar. En la jornada del miércoles, Día de Todos los Santos, esta decisión municipal dio lugar a tristes escenas como ver a jiennenses que, al no poder hacerlo en la tumba, se veían forzados a dejar los ramos de flores para sus difuntos en la tela metálica que les impedía llegar a las lápidas con las que se recuerda dónde reposan los restos mortales de sus seres queridos.

“Parece que estamos en Sarajevo, en plena guerra de Yugoslavia”, reflexionaba un ciudadano, sorprendido de que el deterioro avanza espectacularmente de un año para otro. La Concejalía de Sanidad, Mercados Municipales, Comercio, Consumo y Cementerios, que dirige Yolanda Pedrosa, no esconde el problema y admite que, ante el mal estado generalizado del complejo mortuorio, la última de las intervenciones que se acometió, por acuciante, se centró en las techumbres de nichos. También se acometió la reparación de un arco, que impedía el acceso a una parte del recinto, para evitar, de esta forma, rodeos a los familiares. Trabajos, sin duda, insuficientes para frenar la decrepitud del camposanto que es indispensable para comprender la historia de la ciudad. Allí fueron enterrados Almendros Aguilar, Ruiz Córdoba, Prado y Palacio, Fermín Palma, los condes de Humanes, Torres de Navarra; pintores locales como Nogué y Tamayo y poetas como Bernardo López, nombres que están inmortalizados en las principales vías de la capital. El cementerio tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que merece la máxima protección. El Ayuntamiento, al que se lo cedió el Obispado, cree que en su conservación tiene que colaborar la Junta de Andalucía, que es la que lo inscribió en la lista de patrimonio andaluz que es preciso preservar y también la Diputación. Asociaciones como Patmos también hacen constantes llamamientos para que se intervenga lo antes posible y evitar, de esta forma, que los daños sean irreparables. El cementerio, construido en 1829, fue clausurado, de forma provisional, en 2012, por el derrumbe de tres torres de nichos, aunque los últimos enterramientos datan de 2002. En este camposanto, además, está el monumento a las víctimas de la represión franquista, junto a la tapia donde se fusiló a republicanos, en el que cada año se celebra un acto en memoria de las víctimas de la dictadura.

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una triste forma de recordar a los difuntos

La imposibilidad de acceder a los nichos, obliga a algunos dolientes a poner flores en la tela metálica.

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como un escenario de guerra

Una mujer reza ante una tumba en medio de un escenario de ruina, con torres de nichos en muy mal estado.

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vallas en el camposanto más reciente

El mantenimiento también es preciso en el cementerio más nuevo de la ciudad, dedicado a San Fernando.