Reajuste de los horarios del servicio de ayuda a domicilio

Las empleadas de menor antigüedad reducen su jornada en favor del resto

23 jul 2018 / 16:36 H.

El servicio de ayuda a domicilio sigue dando algún que otro quebradero de cabeza al equipo de gobierno de Martos, ya que debe velar por que se cumpla con lo firmado en el acuerdo con la unión temporal de empresas (UTE) formada por Macrosad y Tuccisad, con la negociación, en las últimas semanas, de un ajuste de horarios en los contratos de las trabajadoras. En concreto, se preve reducir la jornada a las que llevan menor tiempo, en favor de las empleadas de mayor antigüedad. Una decisión que no gusta a Izquierda Unida, que criticó, de forma directa, al Ayuntamiento por no velar por el bien de las empleadas. Por este motivo el concejal Bienestar Social, Francisco Miranda, manifestó: “Lo primero que quiero hacer es pedirle a IU que dejen de ponerle piedras en el camino tanto al servicio como al Consistorio”.

La entrada en vigor del nuevo convenio no fue nada fácil, puesto que el procedimiento contó con muchas dificultades, sobre todo, por parte de Comisiones Obreras. El sindicato presentó un recurso porque entendía que el acuerdo no beneficiaba a las trabajadoras, lo que supuso que la puesta en funcionamiento del mismo se retrasase. “Es un tiempo que hemos perdido en poder solucionar los problemas que existían y que siempre hemos intentado solucionar con el diálogo y de la mejor forma posible”, precisó Miranda. Sin embargo, unos meses después el tribunal de contratos de la Junta de Andalucía desestimó el recurso y en abril comenzó a funcionar en el servicio el nuevo sistema.

No obstante, el problema, en estos momentos, es que a veinticinco asalariadas les han reducido su jornada laboral en beneficio de otras 49 compañeras que necesitaban completar sus horas laborales. “Algunas trabajadoras tenían en contrato un mayor número de horas de las que ejercían, lo que provocaba que fuese la empleada quién le debiese horas a la empresa”, explicó el concejal. Es decir, existían trabajadoras con treinta horas que solo prestaban diecisíes y por ello,había que adecuar los contratos a las horas que realmente se prestaban. Además, según señaló Miranda, fue el propio comité el que le propuso a la empresa que, para que la regularización de los horarios se adecuarse a las horas reales que estaban prestando las trabajadoras, aquellas que tuvieran horas en contrato por encima de veinticinco nunca pasasen a tener menos de veinte, “y la empresa accedió”. En definitiva, las empleadas de menor antigüedad, es decir, las que llegaron en 2017, son las que han perdido parte de sus horas de trabajo para completar las jornadas de aquellas con mayor antigüedad en la empresa. “Eso es algo que establece el convenio establecido entre Ayuntamiento y la UTE. Es decir, que las trabajadoras de mayor antigüedad son las que deben tener mejores condiciones con respecto al resto”, remarcó.