Propuestas que enamoran

La provincia presume de posibilidades , por sus cuatro costados, para quedar de lujo con la pareja al menos una vez al año. Gastronomía, música, relajación, flores, rutas y todo lo imaginable

10 feb 2019 / 16:48 H.

Alguien que sabía muchísimo de entrega, de darse en plenitud, lo tenía muy claro: “El amor —decía—, para que sea auténtico, debe costarnos”. Se llamaba Agnes Gonxha Bojaxhiu, pero la historia la rebautizó como Santa Teresa de Calcuta a fuerza de hacer propias las fatigas de la miseria de una sociedad subdesarrollada en la que una joya, una cena o una noche de hotel suenan a sueño imposible. Otra parte del mundo, la del bienestar, hace suya —a su manera— la sentencia de la religiosa y, cada febrero, se rasca el bolsillo para reencender o mantener viva la llama del amor cueste lo que cueste.

La tradición de celebrar el Día de los Enamorados el 14 del segundo mes del año es ya una costumbre tan arraigada que a ver quién es el “antisistema” que no tiene un detalle con su pareja. Lo escribió Borges: “Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única”, un descubrimiento que si la cotidianidad se encarga de apaciguar, ofrece una opción de reconquista en esta cita anual con el romanticismo en su versión de escaparate: a tirar la casa por la ventana se ha dicho.

Criticada por muchos y seguida por otros tantos, la fecha más sentimental del año se vive, en Jaén, de multitud de maneras —tantas como habitantes la pueblan—, pero el denominador común del regalo y el detalle hay que reconocer que se impusieron hace tiempo, además de la consabida reposición televisiva del exitazo cinematográfico que, en 1959, dirigió Fernando Palacios y cuya banda sonora es todo un himno “vintage”: “Hoy es el día / de los enamorados / con ansias y esperanzas de un querer...”, que grabó la jiennense Karina, con su pegadizo estribillo: “San Valentín, ya no te olvido / porque en tu fiesta un cariño he conseguido”.

Así, la provincia jiennense presume de ofertas, por sus cuatro costados, para quedar de lujo al menos una vez al año. Gastronomía, alojamientos, veladas románticas, relajación, flores y hasta rutas con el amor como protagonista son algunas de las posibilidades que el mar de olivos, a falta de cruceros, pone en bandeja a quienes gustan de sorprender. No hay más que pasear, estos días, por las calles de los municipios jiennenses para llenarse los ojos de corazones y carteles que invitan a pasar esa jornada acurrucados. Para abrir boca —nunca mejor dicho—, hasta los menús de los restaurantes se adaptan al idioma de los enamorados para nombrar los platos, lo que da lugar a cartas como esta: “Suspiros iniciales” —a base de jamón ibérico cortado a mano, paté, langostinos y pétalos de rosa—; “Comenzamos la cita” –ensalada de frutas tropicales—; “Nos refrescamos”, un sorbete; “Continuamos la velada”, con rodaballo o entrecot, a elegir; “Ponemos la guinda”, que es un postre especial, y el elocuente “Regamos el amor”, que no falte la bebida. Tan imaginativa lista —que incluye, además, baile con música en vivo— la firma Complejo Juleca para el próximo día 16, por aquello de hacerlo coincidir con el fin de semana. Y los hay incluso más atrevidos —en tierras guarromanenses— que llaman “Amor a primera vista” al plato principal y “Te quiero más que al chocolate” al postre. Sugerentes y apetecibles, desde luego.

El precio de una noche inolvidable con la persona amada varía según la oferta, que si en unos casos se limita a la degustación, el movimiento del esqueleto y la barra libre —a partir de cincuenta euros por pareja—, sube notablemente cuando el establecimiento hostelero complementa el menú con habitación, champán y hasta unos afrodisíacos bombones; entonces, el desembolso ronda los ciento cincuenta euros.

Los hay que prefieren el tapeo y el copeteo, una opción que también tiene su legión de incondicionales. Bares y pubs se convierten en escenarios para la complicidad y, en muchos casos, ponen a disposición de su parroquia servicios extraordinarios para hacer de la noche de San Valentín un momento muy pero que muy especial.

Y como cada sentimiento tiene su banda sonora, el bolero y la balada resurgen cada 14 de febrero hasta sacar a la pista al más reticente y desempolvar las caderas con ritmos moderados. Eva Justicia, acompañada a la guitarra con Juan Ángel Morales, son dos artistas de la tierra que ese día pondrán música a las ganas de expresar todo eso que casi nunca se dice a diario. La cita es en La Fábrica del Arte, en la capital jiennense, a partir de las once de la noche, hora golfa donde las haya. Por su parte, el dúo La Blanca y El Negro harán lo propio en Complejo Juleca, con exitazos propicios para la ternura, un par de días después. Son muestras de un botón, porque no hay comarca que no cuente con ofertas gastronómicas y de alojamiento para San Valentín. Y no solo eso.

Si habrá calado el género cómico entre los jiennenses que hasta para una cita tan aparentemente melosa apuestan por la diversión. “Enhumorados” saldrán los enamorados que se decanten por las instalaciones del Hotel HO —a las afueras de la capital provincial— la jornada del 16, donde a más de comer, beber y bailar los asistentes, durante un buen rato, no llorarán de amor, sino de risa, con José Boto y Jesús Cañete. Una apuesta original para quitarle “caramelo” a la celebración y llegar hartos de reír a una noche joven —“el amor es el único deporte que no se interrumpe por falta de luz”, decía Clarasó, el autor de “Seis autores en busca de personaje”—.

Para los adeptos a las emociones frágiles, los balnearios y centros Spa son una propuesta insuperable que también se vuelca en procurar un acuático nidito de amor a sus clientes. El de Marmolejo, por poner un ejemplo, cuenta con una oferta especial para enamorados que ya, a primera vista, resulta de lo más relajante, pues suma a su cena y servicio de alojamiento un masaje “oro y seda”, o lo que es lo mismo, una gozada de quince minutos que tiene continuidad en un circuito termal del que no dan ganas de salirse nunca. El coste, según las noches de estancia, oscila entre los noventa y los ciento cuarenta euros, aproximadamente, por pareja.

Hasta itinerarios temáticos pone a los pies de los más andariegos esta festividad, con recorridos locales que atienden a historias y leyendas sentimentales que forman parte de la memoria de los pueblos y las ciudades jiennenses. Verbigracia, la “ruta de amor y muerte” que el próximo día 16, desde la Plaza de San Bartolomé —en pleno casco histórico de la capital del Santo Reino— buscará sobrecoger a los asistentes con relatos fantásticos o cargados de realidad “in situ”.

Hasta el mismo día que festeja al santo casamentero por excelencia, los escaparates de floristerías, confiterías, joyerías y tiendas de lo más variopinto de toda la provincia derrochan sentimentalidad. Tartas con forma de corazón, piruletas gigantes que parecen recién sacadas del pecho, ramos de rosas o solitarias flores que, presentadas con primor, le ponen aroma al momento; pulseras y abalorios para los más exigentes... Aún faltan cuatro largas jornadas para llegar al día D y la hora H con los deberes hechos y el dinero, consumido, que para eso está, dicen algunos. ¡Feliz San Valentín 2019!

Cartas de amor que merecen premio
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Los aficionados a plasmar negro sobre blanco sus sentimientos hacia la persona querida tienen una amplia lista de certámenes a los que concurrir para demostrar su valía con la pluma. Los hay repartidos por toda España, pero los jiennenses disponen, actualmente, tres posibilidades a un tiro de piedra gracias a los premios que convocan sendos municipios de la provincia. En concreto, Bailén —el más veterano, con un cuarto de siglo ya de convocatoria—, Mengíbar, que alcanza su tercera edición, y Villanueva del Arzobispo, que se estrena este 2019 apuestan por la creación literaria con el amor como tema principal y anima a los amantes —nunca mejor dicho— de las letras a presentarse. Los escritores laureados disfrutan de premios tan románticos como estancias en hoteles, cenas, dinero, libros, diplomas acreditativos y del gustazo de ver publicada su carta por la organización del concurso y, de esta manera, compartir con los lectores lo que sintieron al escribirlas.