Preocupación por el efecto de las tormentas en el olivar

Desperfectos en caminos y pérdidas de cosecha en algunas áreas concretas

18 ago 2018 / 16:25 H.

Revés considerable en el sector del olivar, que se muestra preocupado por las consecuencias de las tormentas registradas esta de una semana. Aunque el granizo y las lluvias torrenciales tuvieron una presencia localizada, como corresponde al carácter aleatorio y errático de estos fenómenos meteorológicos, en algunos puntos como Fuente Álamo, las pérdidas son importantes.

El área más dañada está comprendida entre el paraje Fuente de Suárez, en el límite con la provincia de Córdoba, y el cortijo de la Cornicabra. En algunos puntos, la virulencia del pedrisco tiró más de la mitad del fruto y dañó buena parte del que queda arriba. También hay que tener en cuenta los destrozos en la planta, que comprometen incluso la campaña 2019-2020 en los casos más severos. Las zonas más afectadas por la tormenta del sábado se extiende, asimismo, por Las Caserías y puntos de La Rábita. Las consecuencias de las tormentas resultan más devastadoras porque los árboles estaban cargados.

A estas pérdidas se unen las registradas a raíz de las precipitaciones del jueves. En esta ocasión, el entorno más afectado se localiza en la parte oriental del término municipal. Mientras en el casco urbano apenas llovió —el sábado cayeron alrededor de veinticinco litros por metro cuadrado— en Ribera Alta, el volumen ronda los treinta y en algunos puntos de Mures, los veinte. El agua cayó en poco rato, acompañada de fuertes vientos, aparato eléctrico y truenos. Pese a que hubo algunos granizos, en general, la aceituna no se resintió. Sí lo han hecho, como en Fuente Álamo, la red de caminos y las propias fincas, con la formación de numerosas “chorreras”. De hecho, la erosión resulta visible, con invasión de piedras incluso en algunos tramos como los acceso a Ribera Baja. Ayer se repitieron las tormentas, aunque mucho más suaves, con apenas dos litros por metro cuadrado en el casco urbano alcalaíno.

La pérdida de suelo se agrava por varios factores. Por un lado, la presencia de las fuertes pendientes características de la orografía en buena parte del término municipal. En segundo lugar, por la propia torrencialidad de las precipitaciones y, en tercer lugar, por la presencia en numerosas explotaciones de suelos totalmente desnudos de vegetación herbácea u otra cubierta, circunstancia que deja sin freno a las riadas.

Las precipitaciones, en los lugares donde no resultaron torrenciales, tienen efectos positivos, ya que suponen una reserva de agua añadida para los olivares en pleno verano. Esto favorecerá el engorde y el crecimiento de la planta, que, prácticamente, no tiene estrés hídrico gracias a los cuantiosos registros del año hidrológico, que ya ronda los novecientos litros por metro cuadrado en Alcalá.

previsión. Los principales modelos meteorológicos pronostican una pausa en las tormentas de, al menos, uno días. La tónica de las temperaturas seguirá con calor diurna, aunque no excesivo, y fresco nocturno. Sin embargo, en una atmósfera tan dinámica como la actual todo puede cambiar.