Olivareros paran la aceituna porque no tienen temporeros

Agricultores denuncian que no les alquilan pisos y casas vacías

15 dic 2018 / 11:27 H.

El Foro Provincial de la Inmigración dijo que no hacía falta mano de obra para recoger la aceituna de Jaén. Y lleva razón. Aquí hay desempleados y trabajadores suficientes para hacer frente a la campaña olivarera. En cambio, también existen agricultores y empresas de recogida que necesitan mano de obra y no tienen. Pero, no una cuestión numérica, sino que obedece a causas más complejas. Juan (el nombre es ficticio) es un agricultor jiennense que tiene una finca en Jimena. “Estoy recogiendo solo con una máquina, pero me hacen falta dos. En cambio, voy a la mitad del ritmo que debería porque no tengo gente suficiente”, describe. En cambio, no es fácil de solucionar porque el problema no es que no encuentre trabajadores, sino que no tiene dónde alojarlos.

“Estoy harto de llamar a las casas que ponen en alquiler. Te metes en internet y hay un montón. Sin embargo, cuando le dices que solo sería los dos meses de la aceituna, directamente, te dicen que no. Por eso, te tienes que apañar con la gente de los pueblos cercanos y no es fácil. Buscas en Jaén y te dicen que está lejos y no les sale rentable el viaje. Que si no es con alojamiento, no van”, describe.

En el otro lado está Andrés. Es agricultor y tiene un cortijo en Sierra Mágina. Tradicionalmente, siempre ha alojado allí a sus propios trabajadores, pero ahora dice que no mete a nadie. “Me han llamado gente con parcelas cercanas para que le deje el cortijo, pero no me da la gana. Hace unos años, se presentó la Inspección y me multó por no tener un extintor. Pensé que no hacía falta y mira. Por eso, ahora, que cada uno se saque las castañas del fuego”, cuenta. Agricultores consultados por Diario JAÉN dicen que alquilar un piso o una casa para temporeros es casi imposible. De hecho, esta realidad también se constata año tras año en el Foro Provincial de la Inmigración. Los propietarios consideran que una casa para alojar a trabajadores es un riesgo bastante grande. Temen que se la destrocen o problemas para cobrar los alquileres. De ahí que alquilar un techo para la campaña de la aceituna se ha convertido en una labor bastante complicada. Por eso, hay agricultores que, directamente, dicen que no tienen gente para sus cuadrillas, pero, en realidad, no es un problema de mano de obra, sino de mover a los jornaleros de un lado a otro o de instalarlos en algunas zonas rurales.

Los días. Encontrar a gente sin trabajo es fácil, pero hallar a vareadores expertos, tractoristas, operarios de sopladora o jornaleros que sepan conducir pequeña maquinaria resulta mucho más complicado. Por eso, hay agricultores que dicen abiertamente que no cuentan con los trabajadores necesarias. En el otro lado están las personas que sí que tienen esta cualificación. Esta campaña olivarera sí cuenta con cosecha, por lo que las personas que saben trabajar en la aceituna eligen las cuadrillas que les aseguran 70, 80 o 90 días de la aceituna y evitan las que solo darán 30 o 35 jornales. De esta manera, los pequeños agricultores tienen importantes huecos en las cuadrillas. Y si la parcela está alejada de los grandes núcleos de población, el problema aumenta.

Ahora, la provincia jiennense registra un pico de contratación muy elevado. En cambio, lo malo es que durará muy pocos días. Por eso, las tensiones de mano de obra solo se prologarán durante un par de semanas, aunque la realidad es que existen cuadrillas a las que les falta gente y muchos jornaleros “sin techo”.

Cientos de desempleados van de un lado a otro en busca de un contrato

La red de albergues registra una importante ocupación. Hay municipios con Alcalá la Real y Villanueva del Arzobispo que cuentan con residencias de temporeros que tratan de suplir los problemas de alojamiento que existen en las zonas más rurales. Allí comen, duermen y se asean los trabajadores de la aceituna por un precio muy bajo que está regulado en las tasas municipales. Por otro lado, la red de albergues está ideada para que se pueda permanecer durante tres días en un centro y luego haya que acudir a otro, ya que el objetivo radica en fomentar la movilidad de los temporeros hasta que hallen un empleo.

No obstante, la mayoría de los albergues no son demasiado estrictos con los días de alojamiento y hacen excepciones en función de las necesidades de las personas. Si necesitan algunas jornadas más, se permite sin problema. En cambio, los agricultores ven una dificultad a la hora de contratar a los temporeros que se mueven por los albergues. Por un lado, no se fían de meterlos en los cortijos que tienen por miedo a una inspección. Por el otro, saben que conseguirles una casa en el pueblo —el que sea— es una tarea tremendamente complicada. De ahí que muchos prefieren tener huecos en las cuadrillas.