Nuevo premio, de 1,7 millones en Linares con “San Agustín”

La administración número 5 reparte una “lluvia” de dinero gracias a un boleto de seis aciertos de La Primitiva

27 jun 2016 / 13:57 H.

Un fructífero pacto con la fortuna. La administración 5 San Agustín de Linares vuelve a mostrar su condición de “imán” para la suerte. Un boleto sellado en el establecimiento de la calle Hernán Cortés deja 1.715.805,82 euros gracias a los seis aciertos en la Lotería Primitiva del sábado. El poseedor es el único ganador de un premio de primera categoría.

La propietaria del establecimiento, Sofía García, explica que, al estar cerrado el domingo la delegación de Jaén, no tiene datos sobre el agraciado. Sí sabe que se consignó en máquina, aunque admite que no tiene claro si fue una apuesta aleatoria, con números fijos e incluso múltiple. La vendedora destaca que por su local pasa gente de Linares y forastera. Está previsto que hoy se despejen algunas de las incógnitas.

García se muestra exultante por la nueva “lluvia” de euros propiciada por la diosa Fortuna. Además, subraya que la feliz noticia se produjo el día de su cumpleaños. La lotera linarense indica que se enteró de la noticia a primera hora de ayer, cuando se lo comunicaron unos amigos. “Desde entonces mi Whatsapp echa humo”, explica la mujer. Como anécdota menciona que, hace solo unos días, una cliente le aconsejó que pusiera la imagen de San Pancracio de su local mirando hacia adentro. “Ya no se va a mover”, confiesa emocionada García, quien destaca que su administración, pese a sus humildes dimensiones, es una de las que más premios ha dado en toda Andalucía.

El más grande, hasta ahora, fue, en noviembre de 2010, los 8,7 millones del Gordo de la Primitiva. 8.711.000. También fue muy “mediático” el quinto premio en la Lotería de Navidad de 2015. En 2011 “cayó” un segundo y en 2013 un segundo, más de un millón al venderse una serie completa.

La administración abrió sus puertas en 1986 de la mano de María Dolores Gómez, la difunta madre de Sofía García. En 2014 ella y su esposo, Marcos Poyatos, se hicieron cargo de la actividad. “La empresa en la que trabajaba planteó a mi marido un traslado a Cataluña por motivos laborales. Mi madre se empeñó en que compráramos la administración y con el importe de la indemnización lo hicimos”, explica, satisfecha, la linarense. Desde entonces, ha continuado la meteórica carrera del negocio. “La suerte es caprichosa y quiere quedarse con nosotros. Casi todas las semanas damos algo de mil y pico euros en distintos sorteos”, precisa. La mujer se muestra muy agradecida del respaldo depositado en ellos por linarenses y visitantes y anuncia que seguirá trabajando con ahínco.