Los Reyes ya saben lo que quieren los niños buenos

Te has portado bien este año? ¿En el colegio? ¿En casa? ¿Has sido bueno de verdad?”, le pregunta la ayudanta de Melchor a Vicente, un chiquillo de 3 años. Su abuelo, Vicente, que lo acompañada, responde a todo que sí, por si acaso; el niño, que explica que se llama Manuel María, asiente y deja claro que, en lo que a 2017 se refiere y también en los primeros días de este 2018, su comportamiento es intachable. ¿Y que es lo que pide a sus Majestades de Oriente por sus méritos? “Una Peppa Pig”, aunque tampoco le viene mal un George, hermano de este personaje de dibujos animados u otro de los miembros de la porcina familia. Manuel María coge caramelos y se baja de las rodillas de María Aragón, la cartera real que tiene la misión de entregar las misivas de los nenes al mágico monarca del pelo cano. “Para mí es un regalo poder vivir esto, llevo mucho tiempo esperándolo”, explica la colaboradora de Melchor que, en 24 horas, estará ya en las calles de Jaén.

Los niños llegan de tres en tres y así entregan sus cartas, porque con “melchora” están las carteras de Gaspar, Elena Peláez, y Baltasar, Teresa Pérez, estas dos últimas tienen nexos con los dos ciudadanos que tienen el honor de representar a los reyes levantinos en la capital del Santo Rostro. Camino, con sus 6 años, tras explicarle al mago negro que espera que le traigan un perro de juguete y una tableta electrónica, se despide con desparpajo. Sin solución de continuidad, al Salón Mudéjar del Ayuntamiento, habilitado para la ocasión, acceden más niños y niñas. En horario laboral lo hicieron, en su mayoría, acompañados de sus abuelos y, ya por la tarde, se veían más padres. Eso sí, fueran con quien fueran, los chiquillos se sabían de memoria lo que tenían que decir, habían preparado a conciencia sus treinta segundos cara a cara con las tres jóvenes que son su nexo directo con Melchor, Gaspar y Baltasar. “Bien, bien, bien, le has dado la carta y se la van a dar directamente a los Reyes, así no se pierde y seguro que te llegan todos los regalos”, felicitaba una madre a su hija. Mientras, Jesús, en medio del “revuelo”, aprovechaba para solicitar con mucha educación a la cartera de Gaspar que, si es posible, le dejen, debajo del árbol de Navidad de salón de casa, o donde mejor les venga, una videoconsola y una equipación del Real Madrid.

Por las dependencias municipales, escenario de una escena que dejaba pocas dudas sobre la inminencia de la Cabalgata de los Reyes Magos de mañana, se dio una vuelta uno de los protagonistas del desfile, el deán de la Catedral, Francisco Juan Martínez Rojas, que echará una mano a Melchor en la jornada del viernes, de mucho trabajo para él. A la pregunta de si estaba preparado para tal responsabilidad, dejó claro que por supuesto. Sobre la posibilidad de que, con la amenaza de lluvia e, incluso de nieve, se suspenda el recorrido de Sus Majestades, ni hablar, ninguno de los que acudieron al encuentro con las carteras reales quería plantearse el tema. “Mejor ni tocarlo”, dejaba claro uno de los padres acompañantes. La programación, por lo pronto, sigue conforme a lo anunciado por el Ayuntamiento, cuando se espera por la mañana al trío mágico para saludar a los niños y una recepción en la Alcaldía y la Catedral.