Los Reyes hacen parada especial

No hubo un solo barrio en la capital que no disfrutase de la visita de los reyes magos. Aunque la cabalgata general que protagonizaron el sábado sus majestades por la ciudad, durante todo el fin de semana, visitaron muchos lugares para que todos los niños pudieran acercarse a ellos y, de paso, conseguir algunos caramelos más. Entre las visitas más llamativas, destacan la organizada por la Asociación de Vecinos Cauce pues, en lugar de la típica carroza, llevaron un coche antiguo rojo reluciente. En Puente Tablas el recibimiento a sus majestades fue excepcional y reunió a decenas de niños alrededor de Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes escucharon sus deseos atentamente.

Con un ambiente más galáctico se desarrolló la visita de los reyes al barrio de Santa María del Valle. Escoltados por el mismísimo Kyle Loren, un jawa y un soldado imperial del espacio sideral Star Wars, la carroza de la Asociación de Vecinos “La Unión” recorrió las calles del barrio y subió hasta Maestro Cebrián. En su trayecto, los tres protagonistas lanzaron a los más pequeños kilos y kilos de caramelos y, por supuesto, algún detallito traído desde Oriente: balones. Tras la cabalgata, “La Unión” organizó una entrega de juguetes solidaria para aquellos niños del barrio cuyas familias pasaran un momento de necesidad. “Los verdaderos protagonistas de está odisea pudieron palpar, en primera persona, la ternura de sus majestades, los Reyes Magos de Oriente, quienes entregaron para su disfrute más de 100 juguetes”, dijo Cristóbal Martínez, presidente de la asociación. Todo ellos, fueron donados por el Colegio Alfredo Cazabán y, aunque este año fueran un poco menos que en los anteriores, fueron suficientes para dibujar una preciosa sonrisa en los más pequeños de “El Valle”.

A pesar de que la jornada no fue muy larga, Melchor, Gaspar y Baltasar también tuvieron tiempo de visitar otros barrios como el de Belén, donde cada año hacen una para especial para dar regalos a los niños en primera persona. También visitaron a los vecinos de La Manseguilla, donde hasta lo más mayores mostraron una gran ilusión al ver a sus majestades.