Lírica en prosa poética a ritmos de flamenco y ballet

Eugenia Montijo. La voz de una violeta conquista Jaén en el Infanta Leonor

30 jun 2018 / 16:08 H.

Su verdadero nombre era María Eugenia Palafox Portocarrero y Kirkpatrick, condesa de Teba, pero fue conocida como Eugenia de Montijo, emperatriz consorte de los franceses y esposa de Napoleón III. Esta granadina formó parte activa de la política oponiéndose a los ideales de su marido. Fue una mujer refinada e inteligente cuya presencia, en este caso, brilló con esmero sobre las tablas del Infanta Leonor. Allí, y a través de la asociación cultural Diferarte, se representó la obra Eugenia Montijo. La voz de una violeta, un texto inspirado en un poema lírico dirigido, en este caso, por Hugo Pérez de la Pica, y protagonizado por la jiennense Nieves Romero.

Siete actores dieron vida, a través de la prosa poética melancólica, a una historia que data del siglo XVIII y que recordó, musicalmente, a la cinta Violetas imperiales, una coproducción hispanofrancesa de Richard Pottier de 1952 en la que Violeta, una gitana granadina, leyó la mano a Eugenia de Montijo quien, posteriormente, la contrató como su asistenta privada. Sin embargo, y en este caso, el cante y el baile formaron parte de una puesta en escena que resultó sublime. Así, los artistas interpretaron temas líricos escritos por Sebastián Iradier, maestro de canto de la protagonista, así como temas contemporáneos y algunas coplas como Eugenia De Montijo de Concha Piquer, dedicada a María Manuela, su madre, y cuyo estribillo decía: “Eugenia de Montijo, qué pena, pena. No te vayas de España, para ser reina. Por las lises de Francia, Granada dejas, y las aguas del Darro, por las del Sena. Eugenia de Montijo, qué pena, pena”.

Ballet clásico y flamenco acompañaron a esta representación que contó con el tenor Gabriel Blanco, el pianista Mihail Studyonov, el guitarrista Rubén Peinado, y los bailarines Vicente Fernández, de Linares, y Rosa Valera, de Úbeda.

Las escenografía destacó por los trajes de época de sus personajes, quienes personificaron muy bien el entorno que rodeaba a la emperatriz, cuya escena pasó por municipios jiennenses como Baeza y Linares. En este caso, fue el turno de la capital, donde todo lo recaudado en taquilla fue destinado, íntegramente, a la Asociación de Lucha contra el Cáncer (AECC).

Con esta representación, Nieves Romero cumplió su sueño de actuar en casa, algo que, minutos antes de comenzar la actuación, indicó: “Estoy muy emocionada e ilusionada. A finales de año nos gustaría trasladar este espectáculo a Madrid y al Teatro Isabel la Católica, de Granada, donde podría llegar en enero”. Mientras esos proyectos llegan, la jiennenses continuará trabajando en un espectáculo que hace, cada vez que lo representa, las delicias del público que, emocionado, como este caso, se puso en pie para brindarle un mar de aplausos por tal interpretación, una que contó con todos los detalles posibles y que escribió una página más en la historia de Eugenia Montijo, un nombre que no se olvidará y que, ahora, forma parte de la cultura jiennense también.