“Leyre era la persona más dulce que he conocido”

La familia de la joven de Castellar recibe ayuda para poder incinerarla

17 ago 2018 / 18:26 H.

Leyre era la alegría personificada. Una chica muy humanitaria y, a pesar de tener mucho genio, era la persona más dulce que he conocido”. Así describe Alba Sanz Díaz a su nieta Leyre González Justo, víctima de la violencia doméstica, que falleció el pasado martes, cuando su agresor y compañero sentimental, un magrebí de 38 años, la abandonó con varias heridas de arma blanca a las puertas del centro de salud de Dúrcal (Granada) y se dio a la fuga. La víctima tenía 20 años y el próximo domingo hubiera cumplido 21 años. Era madre de un niño de dos años que, en el momento de los hechos, se encontraba en Chauchina en la casa de su bisabuela Alba Sanz, donde viven sus hijas Belinda, madre de Leyre, y Nerea Justo. El niño lleva allí todo el verano.

Las tres mujeres se han hecho cargo del pequeño, pero su situación económica es muy precaria, hasta el punto de que no pudieron asumir los gastos de incineración del cadáver, por lo que el Ayuntamiento de Granada, a instancias del Centro de la Mujer, se hizo cargo de los gastos y el cadáver de la joven víctima pudo, por fin, ser incinerado ayer.

Leyre González Justo nació cuando su madre Belinda tenía 18 años. Desde un primer momento, su abuela Alba Sanz volcó todas sus atenciones en su nieta: “Yo fui quien le dio, recién nacida, el primer biberón, el primer baño y le cambié el primer pañal. Leyre nació por cesárea y pasó una semana en el Maternal. Ahora tenía previsto irse a vivir al Zaidín, en Granada”. Es la séptima víctima de violencia machista, en lo que va de año, en Andalucía. Su compañero sentimental y agresor, tras dejarla mortalmente herida, se dio a la fuga y no tardó en ser detenido por la Guardia Civil. Alba Sanz comenta de la pareja: “Se han peleado mucho, porque los dos tenían un carácter fuerte. Nosotras no veíamos bien la relación, porque él se la llevó siendo menor, pero no podíamos hacer nada”. Alba Sanz Díaz es asturiana y hace unas décadas se afincó en Castellar, donde nacieron sus dos hijas, Belinda y Nerea. Fue fundadora, hace 25 años, de la Asociación de Mujeres Clara Campoamor de Castellar, que hoy preside Maxi Fernández. El jueves, hubo una concentración en Castellar, convocada por la Asociación de Mujeres, en la que se leyó un manifiesto contra la violencia machista. Un ¡Basta ya! en el que se puso el enfasis en la necesidad de poner fin al asesinato de mujeres.