Las noches mágicas vuelven al Bernabéu con Cristiano Ronaldo

El portugués marca tres goles y el Real Madrid llega a semifinales

12 abr 2016 / 23:19 H.

El Real Madrid se clasificó para las semifinales de la Liga de Campeones por sexta temporada consecutiva después de lograr la remontada ansiada ante un correoso Wolfsburgo, que sólo hincó la rodilla ante el acierto del portugués Cristiano Ronaldo, auténtico protagonista del 3-0 con el que los de Zinedine Zidane levantaron el 2-0 de la ida. No remontaba el conjunto blanco una eliminatoria continental en el Santiago Bernabéu desde hace 14 años. El rival en esta ocasión, no era ninguno de los todopoderosos del Viejo Continente, sino un Wolfsburgo que gracias a la ida tuvo opciones hasta el pitido final, que desató la euforia del público madridista, que celebró la gesta sin importarle cual era la entidad del oponente. Fue sin duda la noche mágica de Cristiano Ronaldo. El portugués no hizo un partido majestuoso, pero sí lo que mejor sabe hacer: marcar goles. Un balón suelto, un cabezazo a la salida de un córner y un lanzamiento de falta encumbraron al luso, que ya ha marcado 16 goles en la Champions solo a uno de su récord de 17 que llevaron a su equipo a conquistar la Décima. Tres fogonazos que salvaron un partido áspero por el planteamiento de los “lobos”, que siempre jugaron con su marcador de una semana y que pusieron más complicaciones de las previstas desde el 18 de marzo y a los que no les temblaron las piernas cuando en dos minutos y pasado el primer cuarto de hora ya habían dilapidado su renta. El Real Madrid cumplió el guion previsto en la víspera por Zidane. Salió con ímpetu y tensión, pero sin excesivas prisas ante un rival que repitió once y planteamiento, con las líneas juntas, sin referencia arriba y con Arnold incomodando a Modric. Sin embargo, todo cambió en un instante. Carvajal, ausente en la ida, se adelantó con fuerza a Draxler y corrió hasta el área para meter un centro donde ni Dante ni Naldo tuvieron tanta fe como el lateral y no acertaron a despejar un balón que Cristiano no perdonó para el 1-0. Un minuto después el portugués marcó el 2-0 de un certero remate de cabeza.