La pava de Cazalilla vuelve a volar desde el tejado de una vivienda

03 feb 2017 / 20:35 H.

La pava de Cazalilla no cayó de la torre del campanario, pero se lanzó desde una vivienda aledaña. Las voces a favor y en contra de si el animal se lanzaba hicieron que una tradición con casi doscientos años se cumpliera “a medias”. Y es que el pueblo que vivió ayer el día grande de su patrón, San Blas, parecía más un escenario de una cumbre ejecutiva que una fiesta de pueblo. Entre decenas de Guardias Civiles y una plaza de la Constitución abarrotada de público expectante, un hombre cubierto con un pasamontañas arrojó la pava, justo al lado del campanario, desde donde habitualmente se lanzaba. Hasta el último momento no faltaron la incertidumbre ni la emoción, tampoco los gritos de “¡sí, si, sí, la pava ya está aquí!”