La décima blanca cae en Belgrado

Los de Pablo Laso destronan al Fenerbahce en una sólida final con Luka Doncic como MVP

21 may 2018 / 12:32 H.

El Real Madrid se proclamó campeón de Europa de baloncesto por décima vez en su historia con una sólida victoria (85-80) ante el Fenerbahce, en el partido decisivo de la “Final Four” de la Euroliga disputada en el Stark Arena de Belgrado, donde los de Pablo Laso secaron al plantel de estrellas del defensor del título para volver a reinar tres años después. El conjunto madridista saldó cuentas con su verdugo las dos últimas temporadas en el camino a la gloria y se quedó con la décima que buscaba también Zeljko Obradovic. Luka Doncic (15 puntos y 4 asistencias), MVP de la final además de la temporada, Fabien Causeur (17 puntos), la intimidación Walter Tavares y una gran defensa coral, con Trey Thompkins como mayor exponente, fueron claves en un partido de claro color blanco pese al final con suspense. El Fenerbahce se resistió a ceder su corona, pero un palmeo de Thompkins terminó con los turcos, lejos de su mejor versión y únicamente sustentados por Nicolò Melli (28 puntos). El Madrid culminó la larga temporada continental con la décima, un duro camino por culpa de las lesiones, pero que dio la fuerza de equipo a los de Laso, la que sabe explotar al máximo el técnico vitoriano desde que llegara en 2011 para un equipo que no deja de competir. Como cabía esperar, la final fue por barrios. El Madrid entró mejor y al Fenerbahce le falló el pulso del que tiene que defender su trono. Los de Laso dejaron escapar un golpe mayor a su rival, entre el final del último cuarto y principio del segundo (25-17). Los de blanco se escaparon con un 4/5 en triples, mientras que los turcos volvieron al partido gracias a 11 puntos de Melli. Los de Obradovic tuvieron que aguantar sin un Vesely condenado por dos faltas en minuto y medio, con Duverioglu entonado, corrigiendo esa carga de faltas en el segundo parcial. Sin llegar a romper, en el Madrid Doncic comenzó enchufado con los seis primeros puntos de su equipo y Rudy puso la sangre caliente que hace falta en este tipo de partidos.

Al final, la gloria fue para un Madrid que con Pablo Laso hace más grande su condición de ser el mejor equipo de Europa.