La cosecha de octubre denota una demora de la maduración

Jaén produjo 988.190 kilos el mes pasado frente a los 2.012.240 de 2017

21 nov 2018 / 12:01 H.

Habrá que ver si las lluvias sirven para echar a los jornaleros antes al campo, pero la cosecha viene con una cierta demora respecto a otros años. Se le ha visto durante meses anterior y ahora las cifras que ofrece el Ministerio de Agricultura reflejan que los olivareros no se equivocaban. En octubre, se cogió poca aceituna, ni siquiera para elaborar los aceites de alta gama que sirven para ganar concursos.

Por eso, hubo menos aceite de oliva de alta gama, excelencia o de concurso. El Ministerio de Agricultura indica que las fábricas de la provincia generaron 988.190 kilos de oro líquido durante octubre. Salvo alguna cuestión puntual, el producto que se elabora durante este mes destaca por sus altas propiedades, es decir, por fincas muy controladas a lo largo de la campaña y por una voluntad de sacrificio de buena parte del rendimiento de la aceituna a cambio de obtener más plusvalía a través del precio.

En cambio, esta vez, el volumen ha bajado a la mitad. Si el año pasado se generaron 2.012.240 kilos —523.830 más que el año anterior—, en este pasado mes de octubre se elaboraron 988.190. Habrá que ver la evolución de la campaña para ver qué ha ocurrido en este segmento, que ha crecido a enorme velocidad durante los últimos ejercicios alentado por los reconocimientos en los concursos nacionales e internacionales y por el glamour que genera contar con una marca de alta gama para una aceitera, lo que suele servir para empujar al resto de producciones.

Hay muchas aceiteras que han aprendido que un “oro líquido” de premio vale para mucho más que ganar un concurso y obtener un galardón. Los concursos internacionales se muestran como un baluarte para generar contactos, tejer nuevas relaciones comerciales, vender las partidas galardonadas —que suelen llevar los sellos de los certámenes que han conseguido— y fortalecer la marca que se pone en el mercado. En cambio, no es lo único. Los aceites de alta gama también empujan al resto de la producción a los mercados con alto valor añadido, es decir, los operadores del mercado confían más en empresas que consiguen galardones y que tienen un nombre reconocido que en otras para comprar lampantes y otras partidas de granel. Por eso, la alta gama se ha convertido en una excusa para conseguir otros logros en el mercado interior y en el exterior.

De ahí que la bajada en la producción de octubre siembra algún incertidumbre. La teoría generalizada por parte del sector se basa en que los análisis han denotado que la cosecha venía con cierta demora —la floración ya se hizo con casi tres semanas de retraso—, por lo que mucho aceite de alta gama se ha generado durante las primeras semanas de noviembre —hasta que llegaron las lluvias—. En cambio, también está por ver si se ha producido un ajuste y los caldos de premio se han adecuado a lo que, en realidad, demandaba el mercado. No hay que olvidar que se sacrifica rendimiento en favor de precio y para compensarlo hace falta una red comercial bastante potente. Ahora, solo queda ver si las lluvias y el frío de noviembre han servido para recuperar el retraso generado.