La catequesis de humildad del Divino Maestro

La Alcantarilla se vuelca de nuevo con la cofradía misionera en su segunda estación de penitencia

28 mar 2018 / 10:34 H.

Un sol casi de justicia y unas temperaturas ya más propias de la primavera, como en los últi- mos años es lo habitual durante cada Semana Santa, presagiaban lo que sería una espléndida tarde de Martes Santo. El barrio de La Alcantarilla era un hervidero de gente dispuesta a contemplar la primera de las estaciones de penitencia de la jornada, que fue la protagonizada por la Hermandad Misionera de Jesús Divino Maestro de Humildad y Entrega y María Santísima del Amor desde el colegio del mismo nombre.

Los nervios y la ilusión se dejaban sentir en el interior del centro, donde la cofradía ultimaba todos los preparativos para la salida del cortejo. Y es que se trataba de su segunda estación de penitencia, en la que esperaban tener una acogida similar al primer año, y cuyo principal objetivo era el de evangelizar en las calles y lanzar ese mensaje de humildad que propugna la hermandad misionera.

Justo a las 16:45 horas, que es cuando la cofradía tenía prevista su salida, se abrió la puerta del centro para dejar salir, ante la atenta mirada de los cientos de jiennenses que se congregaban en las inmediaciones, la Cruz de Guía y los dos faroles, estos últimos uno de los grandes estrenos que presentaba la hermandad en las calles este año. A partir de ahí, los más pequeños, con sus capelinas y cestas, abrieron el cortejo procesional, con más hermanos de luz este año.

Contar con unos trescientos era la previsión inicial, teniendo ya en cuenta a los 65 hombres que, sobre sus hombros, portaban a la imagen. Y bien es cierto que las calles se “tiñeron” del azul marino de las túnicas y los capirotes y el blanco de las capas, que se entremezclaron con los jiennenses en un gran cortejo procesional en el que tenían cabida familias al completo.

Poco antes de las cinco de la tarde, en la carpa ubicada en el interior del centro, se escuchó el sonido del llamador, que fue un regalo del claustro de profesores y del resto de personal de administración y servicios del colegio, también nuevo este año. Un símbolo que, como explicó el hermano mayor, Eduardo de Miguel Párraga, se identifica plenamente con el estilo y carisma de la hermandad misionera y la familia de la Congregación de Religiosas Misioneras del Divino Maestro. En él se leía “Id”, el alusión al mandato de Jesús de enseñar a todas las gentes. El paso, que es obra del imaginero de Beas Antonio Martínez Rodríguez, simboliza el momento en el que Jesús, ya consciente de su sentencia, lava los pies a sus apóstoles, por el momento representados en la talla de San Pedro. Un Cristo dialogante y con semblante tranquilo, alejado de los gestos de dolor que son, por otra parte, propios de la Pasión.

Tras la primera levantá, y cuando tan solo había recorrido un pequeño trayecto en el interior del centro, se dejó sentir la primera de las saetas, que erizó la piel y emocionó a las personas que se encontraban en esa zona, la mayoría padres y miembros de la comunidad educativa que con un fuerte aplauso dieron muestra de la emoción que les embargaba. La primera levantá, antes de iniciar oficialmente el recorrido, se la dedicaron a la Congregación de Religiosas Misioneras del Divino Maestro. Y ya, sobre las 17:15 de la tarde, fue cuando la imagen del Divino Maestro cruzó el umbral del colegio, ante el aplauso de los jiennenses que esperaban en las inmediaciones del centro.

El candelabro de siete brazos que se encontraba sobre una pequeña mesa fue otra de las novedades de este año, además de los báculos y palermos nuevos; el traje del pertiguero y la pértiga o el estandarte con la figura del Cristo.

Y también hubo novedades en el plano musical. Porque aunque el acompañamiento corrió también este año a cargo de la Banda de Cornetas y Tambores de La Expiración, incluyeron en su repertorio la marcha “Jesús, Divino Maestro”, compuesta expresamente para la hermandad y que resonó, por primera vez, por las calles de la ciudad, tras su estreno durante uno de los actos de Cuaresma. La composición fue obra de Cristóbal López Gángara y José Luis Hernández Linares, y presenta, como explicaron desde el colectivo musical, un corte clásico con matices alegres, muy al estilo de una hermandad que pretende marcar como rasgos característicos la sencillez y la alegría que le impregnan los menores de la comunidad educativa.

El cortejo procesional completó, durante aproximadamente las seis horas que se prolongó la estación de penitencia, que además este año adaptó el recorrido para no dejar tiempos “muertos” y, el sueño perseguido en los últimos años por la hermandad.

Un recuerdo de la joven hermandad

Diario JAÉN continúa esta Semana Santa con su apuesta por acercar las imágenes de cada una de las cofradías a los jiennenses y, en el caso del Divino Maestro, el estand se ubicó justo a las puertas del colegio antes del inicio de la procesión. Muchos fueron, así, los vecinos de La Alcantarilla y los jiennenses en general los que se hicieron con el recuerdo tan esperado.