Jóvenes discapacitados piden una oportunidad para trabajar

Representan el 8,5 por ciento de los parados en la provincia

14 ago 2017 / 11:25 H.

La reciente tasa de desempleo en la provincia del mar de olivos afecta a un amplio abanico de jiennenses. Entre ellos se encuentran los jóvenes con discapacidad, que representan el 8,5 por ciento según el SEPE, en concreto son 211. Su perfil responde al de un hombre (64 por ciento), con discapacidad física (41) y que lleva más de un año en paro (35). La Fundación Adecco realizó una encuesta al respecto, en la que sale a relucir que el 90 por ciento cree que su discapacidad le refuerza en valores como el esfuerzo, la constancia o la tolerancia a la frustración. Los puestos de trabajo a los que acceden son, sobre todo, peones de industria manufacturera (20,2 por ciento), personal de limpieza de oficinas y hoteles (19,6) y camareros (12,6), mientras que realizar tareas como administrativos, ya sea cara al público o no, representa menos del 2,5 por ciento.

Carolina Rebolloso, orientadora laboral y técnico de Empleo de la Aprosoja (Asociación Provincial de Personas Sordas de Jaén), asegura que la crisis “se mantiene y afecta” al colectivo. “No solo es importante esta escalofriante cifra, sino las condiciones del poco empleo que se genera, de carácter temporal y de baja calidad”, subraya, y añade: “Si resulta difícil para personas sin ningún tipo de discapacidad, las trabas que se les imponen a las de la asociación son mayores”. Rebolloso, psicóloga de profesión, resalta que las personas sordas “ansían integrarse de manera activa en la sociedad y esto pasa por hacerlo laboralmente”. “De esta manera no solo consiguen una remuneración económica, sino una valoración social positiva, así como un aumento de su autoestima y, por tanto, podrán disfrutar de los mismos derechos que el resto de la sociedad”. Rebolloso asegura que a lo largo de los últimos años se ha visto una evolución en cuanto a las nuevas generaciones que se incorporan al mundo laboral, que lo hacen “muy bien preparados” y el nivel de estudios ha aumentado progresivamente, sin que la discapacidad haya supuesto un inconveniente a la hora de acceder a estudios superiores. “Entre nuestros usuarios tenemos trabajadores sociales, auxiliares de enfermería, jardineros, filólogos, licenciados en dirección y administración de empresas y futuros mediadores comunicativos, entre otros. En definitiva, sus perfiles abarcan un abanico de profesiones muy amplio”, asegura.

Antiguamente, el bajo nivel educativo de las personas sordas, tal como recuerda la técnico de Empleo de la Aprosoja, era la “excusa perfecta” para que estuvieran excluidos del entorno laboral. “Afortunadamente esto ha cambiado y ya nos encontramos con personas con mucha formación y con una cualificación profesional más que eficaz”, declara, y aporta: “Solo falta que las empresas les den la oportunidad de demostrarlo”. De hecho, el momento de acceder al puesto de trabajo es donde más dificultades encuentran, tanto para localizar uno para el que han estudiado como para tener la opción de ser entrevistados.

La Aprosoja, como otras asociaciones similares, cuenta con el servicio de Andalucía Orienta, programa dentro de las políticas activas de empleo del Servicio Andaluz de Empleo. En el colectivo para personas sordas lo forman Carolina Rebolloso junto con otros tres compañeros, desde el cual “luchan diariamente” para conseguir el pleno acceso e integración. Asimismo intentan sensibilizar a las empresas para que conozcan el colectivo y “pierdan ese miedo a la comunicación con las personas sordas, miedo infundido quizás por el desconocimiento de la discapacidad”, y que también afecta a las personas que encuentran barreras para avanzar profesionalmente.