Esfuerzo con recompensa

Antonio Joaquín Cabezas, Miguel Ruiz y Mario Cárdenas participan
en la Madrid-Segovia de resistencia

26 sep 2017 / 10:25 H.

Colmenar, Manzanares, Mataelpino, Cercedilla y la Sierra de Guadarrama fueron algunas de los municipios y puntos por el que se desarrolló la octava edición de la Madrid-Segovia, una prueba que une las dos ciudades a través de las vías pecuarias del Camino de Santiago con un recorrido de 102 kilómetros, con salida en la Plaza de Castilla de la capital de España y llegada al acueducto segoviano. En esta actividad atlética, en la que la competitividad queda en un apartad, estuvo presente Antonio Joaquín Cabezas Aranda, un deportista que ya participó en el reto de las 24 horas de Vigo. En esta ocasión estuvo acompañado de dos amigos, Miguel Ruiz Galiano y Mario Cárdenas Romero, que pese a su poca experiencia en este tipo de actividades, se prepararon de forma perfecta para terminar la carrera. La meta se cumplió pese a las molestias de unos de los compañero de Cabezas, ya que era la condición para subir al podio y que la organización validara el resultado. El conjunto de Navas de San Juan se clasificó tercero y a falta de dos kilómetros para llegar a la meta perdió el segundo puesto. “El mérito de mis compañeros de equipo es enorme, porque a pesar de no tener experiencia en este tipo de pruebas, y tras coronar el puerto de Navacerrada después de 80 kilómetros de dura subida, consiguieron terminarla”, asegura Cabezas. El atleta también agradece el apoyo de la Asociación Contra el Cáncer de Navas de San Juan. “Ellos, tras la carrera de Vigo, han tenido el detalle de hacerme varios homenajes, como fue el saque de honor en el debut del CD Navas en División de Honor, una preciosa placa conmemorativa y como último detalle nos acompañaron un buen grupo de 12 personas a esta última aventura hasta la ciudad de Segovia”, comenta. Precisamente, en la meta del Acueducto de Segovia estaba una representación del colectivo con una pancarta. Los tres componentes del equipo se emocionaron por este gesto, después de afrontar un recorrido de más de 14 horas. “Fueron momentos muy emotivos por partes de los integrantes de la asociación y como no, por la nuestra, al verlos a todos ellos esperarnos en línea de meta”, afirma. Todos juntos, después de la prueba, completaron una visita cultural a las ciudades de Segovia y Ávila, que fue el perfecto colofón a una actividad marcada por la dureza y la competencia.