Entre col y col, tiestos y cacharros de barro

El Seresero vende piezas artesanales en un atípico puesto del Mercado de San Francisco que llama la atención de la gente

05 sep 2016 / 17:30 H.

Desde que su padre —del que heredó el oficio y el apodo— vendía objetos de barro, a lomos de un mulo, por las calles de la capital jiennense hasta hoy, ha llovido mucho. Pero, para uso cotidiano o como pieza de ornamentación doméstica, la cerámica de el Seresero goza de la misma demanda en pleno año 2016 que en los tiempos de la posguerra, cuando su progenitor pregonaba la mercancía a voz en grito. Rafael Hernández Muñoz es un bailenense que mantiene clientes “de toda la vida” pero que, en lugar de vender sus productos sobre una montura, de manera ambulante, no ha dudado en sacar su espíritu emprendedor y alquilar un puesto del Mercado de San Francisco —tradicionalmente destinado para los géneros relacionados directamente con la alimentación— con el objetivo de seguir adelante sin abandonar un oficio relacionado con la alfarería y que, “a priori”, puede parecer en vías de extinción. “Podría haber elegido un local en una calle comercial, más espacioso por el mismo precio que pago por este y sin ningún límite de horario, pero me animó para quedarme con él el elevado tránsito de personas que pasa cada día por aquí”, asegura el comerciante. (Más información en la edición impresa)