Emotivo discurso del prelado en Plasencia

Una plaza del municipio se rebautiza con el nombre de “Obispo Amadeo” en honor del homenajeado en el acto

23 abr 2017 / 11:32 H.

El obispo de Jaén, Amadeo Rodríguez Magro, fue nombrado hijo adoptivo de Plasencia, en el claustro del Centro Cultural Las Claras. El acto dio comienzo con la interpretación del “Ave María”, por Pablo Sánchez Payo al violonchelo y José María Villegas, al piano. En el lugar de encuentro se dieron cita toda la sociedad civil, militar y eclesiástica que quiso acompañar a su anterior obispo a la entrega del reconocimiento, que por voluntad del alcalde, Fernando Pizarro, el apoyo popular y la aprobación de la mayoría de la Corporación Municipal, se concedió el 5 de septiembre de 2016.

Familiares del obispo acudieron para arroparlo, como sus hermanas Estrella y Jacinta, sus sobrinos y su equipo más cercano del Obispado jiennense, representado por sus vicarios episcopales. La cronista de Plasencia, Esther Sánchez Calle, pronunció un discurso en el que hizo un recorrido por el episcopologio de la diócesis y destacó la vinculación de la Iglesia con la vida de la ciudad. Asimismo resaltó la labor, “no solo eclesiástica, sino también la humanista y cultural de Amadeo Rodríguez al frente de la Diócesis”.

El administrador diocesano de Plasencia, Francisco Rico Bayo, y colaborador muy directo de Rodríguez durante su episcopado fue el encargado de presentar ante los asistentes un perfil cercano y amable del homenajeado. Por su parte, el recién nombrado hijo adoptivo de Plasencia, en su turno de palabra, hizo un recorrido por su infancia, su juventud, así como un repaso por sus primeros destinos como sacerdote en su Badajoz natal y, de un modo muy especial, tuvo un recuerdo para todos los que lo habían acompañado en el camino. De una manera más cercana, dedicó palabras cariñosas a algunos maestros y a sus hermanas y familia como ejes de su vida junto con Jesucristo “como guía y faro” de su vida. Durante la charla, llena de instantes emotivos, hizo un breve repaso por sus años como pastor de la iglesia de Plasencia y agradeció a todos los que habían trabajado con él, y por la labor que durante esos años se llevó a cabo “en esta hermosa ciudad”. Antes de la conclusión del acto, el obispo entregó al alcalde una litografía del siglo XIX del Santo Rostro. Finalmente Rodríguez, acompañado del alcalde, miembros de la agrupación municipal, el clero, de su familia y de un numeroso grupo de fieles se dirigió a la plaza que desde ahora lleva el nombre de “Obispo Amadeo”.