El pintor Tomás Fernández denuncia plagio de sus obras

Un artista de Estados Unidos modifica sus cuadros y los pone a la venta por internet

31 may 2018 / 18:56 H.

Lo que sale por su boca al ser preguntado por el caso no se puede reproducir en estas páginas. Así, decir que está indignado es quedarse muy corto. Tomás Fernández, artista muy reconocido en el ambiente cultural de Jaén, denuncia ser víctima de un plagiador. Su “modus operandi” lo resume así: “Descarga las imágenes de mis cuadros que yo comparto en mi página, les sube la resolución, les quita la firma, les pone filtros, les coloca su firma y a venderlas”. Al presunto plagiador lo tiene fichado a través de diferentes perfiles en redes y páginas de arte en las que ha colgado sus obras. De hecho, ya le ha enviado mensajes y la única respuesta que ha encontrado, dice, es el bloqueo.

“Esta persona está plagiándome impunemente”, defiende con vehemencia. Y lo hace desde Estados Unidos, desde Texas, pero un mundo cada vez más globalizado, en el que las redes de artistas no tienen fronteras gracias a internet, hizo que llegara hasta él la situación: “Me llamó una amiga desde Brasil. Se llama Lelia Ortigao, que tiene una página especializada de arte. Me alertaba de que este usuario estaba plagiándome y vendiendo las obras”. “Se llama Benjamin S. Jenkins. Tiene todos mis trabajos copiados y, encima, está muy orgulloso de su arte”, explica. “Tiene comentarios en los que le dicen que es un genio y lo más flipante es que les responde diciendo que es un trabajo muy duro”, asegura.

Pero no solo es él el afectado. “En sus páginas, hay otras obras que deben ser de otros autores. No tiene un estilo definido que siga”, apunta. De hecho, asegura: “Esta gente no sabe ni pintar”: “Coge las imágenes de internet, las redimensiona y solariza para venderlas como láminas. Destrozan tu obra, es asqueroso”. Precisamente, uno de los aspectos por los que lucha denunciando en público la situación es que no lo sigan haciendo ni con él, ni con nadie: “Que no lleguen vampiros para aprovecharse de la gente. Están viviendo de nosotros”. Asegura que ya ha ido hasta la Comisaría para interponer una denuncia y que le han requerido pruebas, además de si tiene las obras registradas. “No es habitual hacerlo con un cuadro. No es lo mismo que si publicas una revista o un libro. La propiedad intelectual existe desde que se firma una obra”, apunta. Y, en este sentido, adelanta que se asesorará de las diferentes opciones legales.

Él, habitualmente, cuelga sus obras para compartirlas con gente que le sigue y otros artistas de medio mundo. “No estoy en desacuerdo con que alguien coja la foto de mi trabajo y la comparta, siempre que indique la autoría, pero si la modifica y además la pone a la venta....”, reflexiona. Al autor de este plagio, le ha enviado mensajes y le ha dejado comentarios públicos, él y muchos otros conocidos y seguidores suyos, pero no le ha denunciado el perfil, por ejemplo, en Facebook, porque cree que servirá de poco: “Facebook censura antes a una madre que da la teta que a alguien que roba arte. Si consigo que le bloqueen la página, se abrirá otras diez”. De hecho, Diario JAÉN ha intentado contactar con este perfil y todavía no ha obtenido respuesta.

Cabe recordar que Tomás Fernández Cantos (Jaén, 1958) es un artista multidisciplinar que trabaja la pintura, la escultura y la videocreación. Desde niño, le apasiona el dibujo y pinta, como reconoce, de forma compulsiva. Con 15 años, forma ya parte activa de movimientos underground y expone en salas fuera de los circuitos oficiales. Estudió hasta tercero de Decoración en la Escuela de Artes y Oficios y aprendió de mano de pintores como Fernando Somoza. Su arte se basa en la cultura pop y evoluciona del realismo inicial al surrealismo y al expresionismo. Para él, la pintura es una forma de comunicación, una herramienta de denuncia social. Artista inquieto, ha expuesto en Francia y Alemania y por toda España.