El frenético verano de Zahara

Su popularidad crece como la espuma y no hay festival que se precie en el que los “feriantes” no bailen como locos al ritmo de la Santa. Hace más de un año que salió a la luz el tercer trabajo de la ubetense y Zahara sigue cosechando éxitos allá por donde pasa.

Si 2016 ya iba a suponer un gran punto de inflexión en la carrera de la artista jiennense, que desembarcaba por primera vez en Latinoamérica, parece que las pilas no están, ni de lejos, cerca de acabársele. Antes del 21 de junio, el verano pintaba bastante bien para Zahara, que ya había participado en el Emdiv Music Festival de Elda (Alicante) y había sido confirmada para el Fasse-Rueda de Medina del Campo (Valladolid) y el Festival Illas Cíes, en Vigo. Venía, además, de tocar en el Contempopránea de Badajoz; en “Juntémonos: Homenaje a David Bowie”, en Madrid; en el “Cómplices Mahou” de Santiago de Compostela, y en el Festival Les Arts, en Valencia.

No contenta con ello, la ubetense apuntó a lo más alto y alcanzó su primer pase para la, quizás, cita musical más señalada del calendario indie español: el Festival Internacional de Benicassim (FIB). Allí, como viene siendo costumbre, deleitó a todos y cada uno de los asistentes con un derroche inagotable de desparpajo, energía y una voz que se crecía en los momentos más íntimos de la actuación. Y es que Zahara ya no es esa joven tímida que solía cantar al desamor de una manera intimista y sin florituras. Ahora, la Santa se desenvuelve en cada escenario como un huracán. Buena cuenta de ello ha dado estos últimos días en otros grandes carteles festivaleros del panorama nacional: el Arenal Sound de Burriana y el Santander Music.

Y parece que la ubetense se ha tomado muy en serio su verano musical y pretende que no acabe. Para ello, tiene programado asistir al Festival Gigante, en Guadalajara, y al Interestelar, en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla. Después, llegarán nueve conciertos más de su gira “Santísima Trinidad”.