El castañero del centro teme que no le renueven la licencia

La concejal de Consumo recuerda que el permiso es para la calle Pescadería

07 dic 2016 / 17:54 H.

Lleva más de quince años en la Plaza de la Constitución para anunciar, con el agradable olor de sus castañas, que el otoño llegó a la ciudad. Antonio Egea es uno de los pocos comerciantes de temporada que quedan en Jaén y que sacan su producto a la calle para ganarse la vida y para hacérsela más gustosa a los demás. Sin embargo, Egea teme que, el próximo año, se quede sin licencia. “Me la quieren quitar, porque la he luchado. Además, me quieren mover de la zona donde llevo muchos años”, cuenta, apenado. De hecho, lo dice desde su nueva ubicación, bajo los soportales de la calle Pescadería. Y es que, desde el pasado viernes, Egea tuvo que cambiar su céntrico sitio ya que los agentes de la Policía Local le advirtieron de que debía de trasladarse. “Llevaban una semana acosándome, hasta que el viernes me amenazaron y me dijeron que o me desplazaba o me quedaba detenido por desobediencia policial”, asegura el castañero, al tiempo que confirma y reconoce que en su licencia su ubicación es calle Pescadería.

En cualquier caso, tras una década y media con la venta de castañas asadas en el corazón de la capital, Egea se sorprende de que, precisamente ahora, le obliguen a trasladarse. “Es la primera vez que me pasa esto”, asegura. De hecho, indica que cuando se organiza el mercado medieval, siempre fue flexible. “Me adapto a cualquier rincón para que todos puedan trabajar”, afirma.

La tristeza del comerciante ya no solo se debe al traslado, sino a que deje de vender sus castañas. “La Policía Local me dijo que, por orden de Consumo, que no renueve la licencia, porque no me la van a acepta, vamos, que ni lo intente”, manifiesta Antonio Egea. Asimismo, subraya que siempre miró por el orden y la limpieza de la zona y agradeció que algunos vecinos recojan firmas para hacer un asentamiento en la calle entre los puestos del mercado medieval. “Al final, hay un cariño emocional, pues este puesto es de mi familia y la gente te conoce de hace muchos años”, indica. En cuanto a su situación, Egea asegura que la Policía Local le indicó que no se preocupara pues es como una tienda. “Pago autónomos, los módulos, me adapto a la normativa y me piden 1.300 euros, pero no los gano. Además, no puedo vender otro producto que no sean castañas. Al día consigo entre unos 30 y 40 euros limpios, por lo que no puedo pagar 1.300”, explica.

Por su parte, la concejal de Consumo, Yolanda Pedrosa, explica que no puede negar la licencia a nadie y que eso no pasará. Igualmente, para explicar el caso de Egea, recuerda que su licencia actual lo ubica en la calle Pescadería. “La Policía, tanto como desde Cultura y Comercio llevan una semana informándole de que tenía que cambiarse de lugar, sobre todo para que se puedan poner los puestos del mercadillo medieval, sobre todo, por medidas de seguridad”, dice.

Por otra parte, la edil detalla que, entre las diferentes concejalías que tienen actividades en la vía pública realizan una especie de plano en la ciudad para ubicar cada puesto en una zona. “En el caso de las castañas hay quejas de vecinos, pues no le gusta tener cerca la chimenea con el humo”, destaca. Así, insiste en que el lugar en el que estaba no era el suyo y, aun así, se lo dejaron. “Hasta que no hizo falta el espacio, se le ha hecho el favor de dejarlo en la Plaza de la Constitución”, sostiene Pedrosa, quien apunta que, cuando cumpla su licencia, se le explicará los lugares donde se puede ubicar.