Cuando la tecnología es magia

La Universidad estrena un laboratorio Fab-Lab con maquinaria avanzada para diseñar y crear cualquier pieza

08 jul 2016 / 19:15 H.

Lo dijo el escritor y científico británico Arthur C. Clark: “La tecnología avanzada llega a ser indistinguible de la magia”. Esa frase es el resumen perfecto para definir el laboratorio Fab-Lab que ya está en marcha en la Universidad de Jaén, un espacio que cuenta con maquinaria avanzada y en el que cualquier persona puede diseñar y crear cualquier cosa. “La única limitación es la imaginación”, aseguró el técnico responsable de este proyecto, el joven ingeniero industrial José Antonio Ariza Martínez. Fue él el encargado de presentar al rector de la UJA, Juan Gómez, estas instalaciones, que han supuesto una inversión de unos 200.000 euros. Un paseo en el que el máximo responsable de la institución académica, que es catedrático de Ingeniería de Sistemas y Automática, conoció de primera mano las potencialidades que ofrece este “Fab Lab” para todos los miembros de la comunidad universitaria o para empresas externas, del ámbito industrial o del sector servicios.

La infraestructura cuenta con cuatro impresoras 3D, equipos láser de corte, centros de mecanizado, un “plotter” de vinilo, una termoconformadora, una fresadora para circuitos impresos, un escáner 3D, un pantógrafo y varias herramientas para la fabricación mecánica. Con esta maquinaria avanzada, se puede dar forma a cualquier concepto que se tenga en la cabeza: “Permitirá la fabricación de nuevos productos, de piezas y de prototipos”, explicó Juan Gómez. Los materiales que se utilizan para darles forma son polímeros, una especie de plástico. El rector señaló que el laboratorio tiene un valor añadido: “Creará un ecosistema innovador y emprendedor dentro de la Universidad”.

Y es que los estudiantes tendrán la experiencia de crear algo nuevo por sí mismos. De este modo, ganan experiencia con las máquinas, los materiales, y sobre todo con el proceso de diseño y con toda la ingeniería que entra en el desarrollo de un nuevo producto. En vez de basarse solo en la teoría, el aprendizaje se genera en un contexto auténtico y personal, donde los alumnos pasan por un círculo de imaginación, diseño, prototipado y reflexión a medida que encuentran soluciones a sus proyectos. En este marco, José Antonio Ariza explicó que las instalaciones ofrecen herramientas que ayudan al diseño y prototipado de cualquier pieza: “No necesariamente debe ser industrial, puede ser cotidiana, porque el Fab Lab no solo está enfocado a trabajos fin de carrera o a proyectos de investigación, sino a cualquier persona que tenga clara la pieza que necesita”, señaló. A modo de ejemplo, enseñó la reproducción en plástico de un cráneo animal, una llave inglesa hecha a medida o, simplemente, un florero.