Compuestas y sin comedor escolar en Ermita Nueva

Familias de la aldea se consideran “engañadas” por la Junta al no lograr el servicio pese a existir demanda

10 mar 2019 / 16:32 H.

Decepción. Esta es la palabra que define el ánimo de numerosas familias de Ermita Nueva después de conocer que sus hijos, matriculados en el colegio rural El Olivo no contarán con servicio de comedor el próximo curso. Las madres consultadas consideran un “engaño” la conducta de los responsables de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía. En este sentido, subrayan la incongruencia de la administración autonómica. Según detalles, recogieron peticiones, ya que las autoridades les habían dicho que si se alcanzaba una demanda mínima para diez niños se otorgaría el servicio. El colectivo asegura que lograron en torno a quince apoyos incluso sin preguntar a la totalidad de los progenitores, ya que creían que con esa cifra ya se había llegado a la meta planteada. El asunto ha coincidido con el cambio político regional, pues cuando se presentó la solicitud estaba en el Gobierno el PSOE y ahora hay un Ejecutivo de coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos

Sin embargo, la autorización de la oferta educativa para el curso 2019-2020 sienta como un jarro de agua fría. Ante la situación, las afectadas se han puesto en contacto con el alcalde pedáneo, Antonio López, para que comunique la situación al Ayuntamiento, ya que, aunque esta administración no es competente, se pretende que presione a la Junta. López confirma que ha transmitido la demanda al alcalde, Carlos Hinojosa, con la finalidad de que medie ante los dirigentes de la Junta de Andalucía.

Los perjudicados anuncian que están dispuestos a llegar “hasta donde haga falta”, expresión con la que se refieren a una recogida de firmas y otras movilizaciones. De hecho, dicen que ya han solicitado una entrevista con el delegado territorial de Educación, Deporte, Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Antonio Sutil.

Las familias denuncian que la denegación supone una “discriminación” para el medio rural. Critican que, por un lado, la falta de comedor impide la conciliación de las madres que trabajan y, por otro, representa un golpe para el colegio rural y la aldea en general —aquejada desde hace años, como otras pedanías, por la pérdida de población—. Al respecto, las familias ermiteñas precisan que son varios los padres que prefieren matricular a sus hijos directamente en centros de Alcalá la Real, donde tienen garantizado el acceso al comedor y a otros servicios complementarios.