Baeza vibra con la sinfonía “Vandelvira”

El compositor jiennense Rogelio Rojas Duro dirige su obra con gran éxito en una Catedral repleta de gente

17 nov 2018 / 16:28 H.

Doctores tiene la Iglesia y críticos todas las artes. Pero, para el común de los mortales, que suelen ser más prosaicos que sutiles, la sinfonía “Vandelvira”, del compositor jiennense Rogelio Rojas Duro, es, sencillamente, una maravilla, un goce para los sentidos. Todo un clásico con los aderezos y la chispa del siglo XXI. Una obra que levanta el ánimo y la alegría en la hora y media que dura, que se pasó en un pis pas, volando.

Y si el contenido era bueno, el continente, la Catedral de Baeza, mucho más recoleta que la de Jaén, donde se tocó esta obra el viernes, 9 de noviembre, fue la conjunción perfecta por su acústica recogida e íntima. Y la guinda del pastel perfecto la pusieron la Orquesta Sinfónica Vandelvira, formada por profesores y estudiantes de los dos conservatorios de la capital y algunos llegados de Granada y de pueblos de la provincia de Jaén. Una orquesta creada exprofeso para interpretar esta obra, pero que, por lo bien que suena, no descarta acometer otros retos. La otra guinda la puso el Coro Ciudad de Jaén cuyas voces soprano, contralto, tenor y bajo, se las compusieron como para sonar como los ángeles, que, como diría un castizo, deben ser el “sumum”. Este coro está dirigido por Ángel Luis Molina. Rogelio Rojas contactó con él para hacer la obra y cuenta como fue ese encuentro: “Lo invité a tomar café en casa y le puse un simulacro de ordenador para que pudiera escuchar la obra. Le pregunté si se comprometía para cantarla y se ve que a la primera pasada le gustó la obra, porque se sumó al proyecto”. Rogelio Rojas también comenta como se formó la orquesta: “A base de amigos que he conocido en mi larga vida musical, que ya estuvieron conmigo anteriormente en el ‘Requiem’ que hice en 2013, pero, como vinieron otros nuevos, decidimos llamarla Orquesta Sinfónica Vandelvira, porque se ha formado especialmente para representar esta obra del arquitecto”.

El concierto en la Catedral de Baeza estuvo dirigido por el autor de la partitura, Rogelio Rojas, quien fue uno de los miembros fundadores del grupo “Apache” y ya tenía otra gran obra en formato clásico, titulada “Réquiem”, estrenada en 2013 en el Aula Magna de la Universidad de Jaén; el mismo escenario en el que la pasada primavera acogió el estreno de su “Vandelvira”.

Previamente al concierto, Rogelio Rojas subrayó que era un auténtico lujo tocar su obra en la Catedral de Baeza: “Esta catedral también la construyó Vandelvira. Una vez que he investigado al personaje estoy fascinado con su obra. Hizo edificios en Úbeda, en Sabiote, en Canena, incluso me he enterado que también en Mancha Real”. Y añadió: “Son muchas las obras que tiene por la provincia. Ofrecer el concierto en uno de sus edificios más representativos, como es la Catedral de Baeza, como también lo fue, hace una semana la Catedral de Jaén, para mí supone una motivación especial. Yo, realmente, dirijo emocionado por la acústica de estos templos”.

Calderón de la Barca, decía en sus versos, que “los sueños, sueños son”. Pero para Rogelio Rojas no son algo efímero que se disuelve en la memoria cuando uno se despierta y pone los pies en la tierra: “Hace tiempo, yo soñaba con poder ofrecer un concierto con mis obras en la Catedral de Jaén o la de Baeza y he descubierto que los sueños se cumplen”.

“Vandelvira” comienza siendo un poema sinfónico, en el último movimiento que está dedicado a la Catedral de Jaén. Pero cuando el compositor indagó sobre el arquitecto, le fascinó el personaje y se puso manos a la obra para escribir una sinfonía que abarcara desde la juventud de Andrés de Vandelvira, hasta la creación de sus gran construcción como fue la Catedral de Jaén.

El primer movimiento lo titula “La cantería”, y se sumerge en el periodo en el que el joven Vandelvira tenía el oficio de cantero, en Alcaraz (Albacete). También de cuando se enamora de la profesión, para culminar con un coro de los canteros. El segundo movimiento, “El arquitecto”, donde la música va a caballo entre dos tonalidades. A la gente al principio le puede chocar un poco. Es una música renacentista, pero actual. A medida que se acostumbra el oído esta parte empieza a ser un goce. Muestra a un Vandelvira que sale al mundo con sus dudas, pero las acaba solventando porque sus obras provocan admiración, y surge un hombre triunfante.

El tercer movimiento muestra a un arquitecto melancólico, a pie de obra, cuyo pensamiento está en su hogar, con los suyos, que vivían en Villacarrillo. Por último, el cuarto movimiento es la “Gran obra: la Catedral de Jaén”, con recaudación de dinero para pagarla, y la gran fiesta del edificio en pie.