Aplauso baezano a Olalla Castro

Una estructura muy trabajada, compuesta por cuatro largos poemas, articulados a través de un hilo narrativo que muestra a personajes femeninos en situaciones extremas y desoladoras, dando cuenta de aspectos de la marginalidad de la mujer como beligerante contrapunto a la visión canónica y con unas muy destacables imágenes plásticas y contundencia en el cierre de todos los poemas”.

Son los méritos que el jurado del XXII Premio Internacional de Poesía Antonio Machado en Baeza detectó en Bajo la luz, el cepo, la obra con la que la poetisa y periodista granadina Olalla Castro Hernández entró en el palmarés de este galardón y a los que dio lectura la secretaria del tribunal, Filomena Garrido, durante el acto de entrega del reconocimiento, que tuvo lugar en el paraninfo de la antigua Universidad de la ciudad baezana.

La cita literaria que, cada año, celebra la ciudad patrimonial en torno a la memoria del autor de Campos de Castilla para dar a conocer a los lectores el mejor trabajo presentado a la convocatoria contó con la presencia del diputado provincial de Empleo, Manuel Hueso; la alcaldesa del municipio, Lola Marín; el director del IES Santísima Trinidad, Rogelio Chicharro, y el miembro del jurado y presentador del libro, Francisco Castaño, que arroparon a la escritora.

En palabras de Castro, Bajo la luz, el cepo “desarrolla cuatro historias que ocurren en la segunda mitad del siglo XIX”, momento en el que, desde su punto de vista, “comenzó a entenderse que bajo toda la luz de la Ilustración, de la modernidad occidental y su razón, se escondía un gran cepo, que todo tipo de atrocidades iban a cometerse en hombre de esa razón, de esa luz”. La autora de la obra galardonada agradeció la elección de su obra al jurado y la “limpieza y el prestigio” de este premio antes de desgranar la intención de sus poemas y recitó algunos de sus textos ante el público que asistió al instituto Santísima Trinidad —donde impartió clases de Francés Antonio Machado—. Allí, Olallo recibió un cheque por valor de seis mil euros, además de un trofeo exclusivo creado por Antonio Pérez Almahano, director de la Escuela de Arte Gaspar Becerra y donado por esta entidad.

Asimismo, Olalla Castro Hernández sostuvo entre sus manos el libro, publicado ya en la prestigiosa colección poética Hiperión. El jurado calificador de esta vigesimosegunda edición del certamen estuvo compuesto por el editor Jesús Munárriz, los vocales Francisco Castaño, Manuel García, Inmaculada Lergo y Aurora Luque; la técnica municipal de Cultura, Filomena Garrido, actúo como secretaria del tribunal.